Junio es época de lluvias. De esos días donde ajustamos los pantalones y le ponemos glitter a la ropa para echar mano de nuestra fabulosidad. Vivir el mes del orgullo por todo Paseo de la Reforma y dejar que la tormenta de gente inunde los antros de la zona. Pero hace 40 años esto no era así, ni siquiera se parecía.

No había bares o antros exclusivos para la comunidad y mucho menos espacios para que las fieras de la noche; las más dragas, las más vestidas, hicieran con el cabaret una protesta; y con la lentejuela cimbraron a la sociedad por medio del show.

Henri Donnadieu recuerda que el 9 de Amberes llegó a la Zona Rosa con una misión: reunir fondos para luchar contra el SIDA. No se vivía solo la lucha por el reconocimiento social, era una epidemia más grande que la ignorancia, lo que estaba terminado con la comunidad. Donnadieu es uno de los principales promotores de la marcha, los derechos y el arte, que lo queer y lo gay ofrecen al mundo.

Roshell Terranova travestista desde los 18 años, se convirtió en una mujer trans empresaria que creó un espacio seguro para esta parte de la comunidad. Bajo esta consigna nació Casa Club Roshell, que se convirtió en un espacio de cabert lúdico donde la voz para los travestis y los trans se transformó en un santuario, un refugio de trinchera de lucha… para todas y todos.

“Yo soy feliz con lo que he hecho y me puedo morir mañana” dice Roshell, concluye: “pero lo importante es que alguien tome la estafeta y lo siga haciendo”.  El pasado y el presente se unen para inspirarnos a crear un mañana más inclusivo #CreateABetterTomorrow. Quizá, junio siga inundado siempre de colores las calles de la CDMX con el #ForeverPride.

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