En la categoría chilanga de viaje “¿A poco eso existe y está tan cerca?”, los pueblos mágicos mexiquenses son la opción perfecta, pues ofrecen todo tipo de actividades para una escapada de fin de semana o un paseo de ida y vuelta; por supuesto, cumpliendo con las normas sanitarias establecidas para la contingencia que todavía enfrentamos.

Aquí te contamos cómo es visitar nuestro estado vecino para que te atrevas a vivir la aventura y planees tu viaje ya.

Origen y destino

San Martín de las Pirámides y San Juan Teotihuacán

Si alguna vez fuiste a las pirámides de Teotihuacán, subiste a la del Sol y a la de la Luna y te regresaste enseguida a la ciudad, te perdiste mucho de lo que hay en estos dos pueblos mágicos mexiquenses.

Pueblos mágicos mexiquenses
Foto: Fabián García Barajas

Muy temprano, disfruta del único paseo en globo sobre una zona arqueológica; tendrás una vista espectacular de las pirámides más visitadas de Latinoamérica y cumplirás tu sueño de volar. Después, desayuna en los portales del centro de San Martín y conoce su templo de origen franciscano.

Con la energía renovada, haz un recorrido en bici. Mientras pedaleas entre nopales y magueyes, el paisaje te dará imágenes increíbles para guardar en tu memoria o en tu cámara. Puedes visitar a los artesanos de la obsidiana y el barro o entrar a una cueva donde te sorprenderá la aparición de un haz de luz y que en tiempos prehispánicos fue utilizada como observatorio.

En el Parque estatal de Cerro Gordo organizan carreras de bici de montaña, senderismo y caminatas. Aquí, después de dos horas a pie a través de la naturaleza, llegas al Mirador del Valle de Teotihuacán con su vista panorámica.

TIP. Prueba algún platillo con xoconostle y su variedad de pulques.

Descanso

Ixtapan de la Sal

A este destino hay que ir con el objetivo de relajarse. Sus aguas termales, a las que se les atribuyen cualidades curativas, son uno de sus principales atractivos y se pueden disfrutar en el Balneario Municipal, conocido como El Bañito.

Pueblos mágicos mexiquenses
Foto: Fabián García Barajas

En esta construcción de finales de los años 50 podrás sumergirte en aguas termales a una temperatura de 37 grados o en las tinas de hidromasaje. Y para exfoliar tu piel hay una alberca con barro de Tecomatepec. En las instalaciones del balneario se conservan vestigios de los ixtamiles, canales por donde fluía el agua hasta llegar a unas tinajas donde se quedaba la sal y después se raspaba para extraerla y venderla o hacer trueque.

En el Parque Acuático Ixtapan los más jóvenes tienen muchas opciones para divertirse, como los toboganes o la alberca de olas. Los mayores también pueden disfrutar de las aguas termales y de las áreas verdes. No dejes de visitar los spas del municipio, con diferentes paquetes para olvidarte del estrés.

TIP. A pocos minutos, en Tonatico, encontrarás las Grutas de la Estrella.

Aventura

Valle de Bravo

Este es uno de los pueblos mágicos mexiquenses por excelencia, donde la pasas bien sí o sí. Valle de Bravo ofrece gran variedad de actividades al aire libre gracias a que casi todo el año tiene buen clima y está rodeado de bosque. Cuenta además con un lago artificial donde se practican deportes acuáticos.

Pueblos mágicos mexiquenses
Foto: Fabián García Barajas

Al llegar hay que comenzar con una caminata a través de sus calles empedradas para conocer el centro y la plaza principal, llena de restaurantes y cafeterías.

Luego, ir al embarcadero y rentar una lancha para navegar por el lago. Según andes de humor, puedes velear, esquiar o navegar en un kayak. En este sitio se hace realidad el sueño de muchos: volar. Sólo es cuestión de subir al Cerro de la Cruz y contratar un vuelo en ala delta o parapente. Sensaciones para experimentar al menos una vez en la vida.

Te recomendamos

Se vale dejar las actividades extremas para otro día y dar un paseo por el bosque. Hay diferentes caminos. En uno de ellos el primer tramo lo realizas en coche para llegar a Avándaro, donde encontrarás el sendero para ir a pie a la cascada de Velo de Novia: una impresionante caída de agua de 35 metros que de puro escuchar y contemplar el flujo del agua te dejará hipnotizado.

TIP. Hay muchas opciones de spas para que te des un masaje relajante o te metas en el tradicional temazcal.

Naturaleza

Malinalco

Rodeado de montañas boscosas, Malinalco es uno de los pueblos mágicos mexiquenses los que se respira tranquilidad. Durante la Independencia fue el lugar donde José María Morelos y Pavón firmó algunos documentos y en la Revolución, quizá por su cercanía con el estado de Morelos, algunos pobladores lucharon al lado de Zapata.

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Foto: Fabián García Barajas

Su zona arqueológica destaca por ser una construcción monolítica enclavada en el cerro que no vas a encontrar en ningún otro lugar. Para conocerla tendrás que subir más de 400 escalones, pero vale la pena, por la vista panorámica y la peculiar construcción que te vas a encontrar. Se dice que era una escuela donde se iniciaba a los guerreros águila y jaguar.

En el siglo XVI, la orden religiosa de los Agustinos construyó un convento que aún existe, pero que se dañó durante el terremoto de 2017, por lo que sólo se puede visitar el claustro bajo o jardín interior, donde un mural del Jardín del Edén recubre todas las paredes y techos.

TIP. No te pierdas el Museo Luis Mario Schneider ni el Paraje de las Truchas.

Historia

Aculco

Si hasta ahora te han gustado los pueblos mágicos mexiquenses, Aculco puede ser tu próxima parada: calles empedradas y casas blancas con zaguán negro, que durante la Independencia fueron testigos de una de las derrotas de Hidalgo. Ahí sigue la casa donde el cura pasó una noche y el árbol de encino donde ofició una misa.

Pueblos mágicos mexiquenses
Foto: Fabián García Barajas

Localizado entre dos ríos, Aculco significa aguas torcidas o ríos cruzados. En este municipio abunda el agua y muestra de ello son los 35 lavaderos municipales del siglo XIX aún utilizados por la comunidad. Los lugareños cuentan grandes leyendas de los lavaderos, como la de los niños enclaustrados cuyo final no te revelaremos.

Ve al Santuario del Señor de Nenthé, que en otomí significa “al lado del río”, lugar de arquitectura moderna y sencilla donde se venera al Señor del Agua. Otro atractivo natural es la Cascada de la Concepción, ubicada a 8 kilómetros del pueblo; tiene una caída de agua de 25 metros y está rodeada de prismas basálticos. Ideal para las selfies o para la aventura extrema de hacer rappel.

TIP. Los artesanos trabajan con cantera rosa, blanca y café que extraen de las minas. También destaca la producción de quesos.

Magia

Tepotzotlán

Visitar Tepotzotlán es viajar a través del siglo XVI, cuando los franciscanos y posteriormente los jesuitas llegaron a este municipio para evangelizar a los
indígenas.

Pueblos mexiquenses MuseoVirreinato
Foto: Fabián García Barajas

En esa época se construyeron el Colegio de San Francisco Javier y el templo del mismo nombre, que actualmente es sede del Museo Nacional del Virreinato. Este recinto resguarda más de tres siglos de arte novohispano y visitarlo se convierte en una experiencia reveladora de un par de horas.

Camina por el atrio del templo; es uno de los más amplios que existen, pues los indígenas no estaban acostumbrados a realizar actos religiosos en espacios cerrados. Aquí se realizaban entierros de personajes importantes, con el argumento de que si los sepultaban cerca de la puerta de la iglesia estarían más cerca de Dios.

En este pueblo mágico, declarado Patrimonio de la Humanidad ya que formaba parte del Camino Real de Tierra Adentro, ruta que se seguía para transportar la plata en la Nueva España, los Arcos del Sitio son una imponente obra en cuyos alrededores puedes realizar tu actividad recreativa preferida.

TIP. En la plaza principal encontrarás muchos restaurantes, algunos con terraza y vista a la iglesia.

Pasado

El Oro

Para emociones fuertes: el socavón de San Juan, un recorrido de 300 metros al interior de una mina, donde dicen que si te concentras todavía puedes escuchar a los mineros trabajando.

Pueblos mágicos mexiquenses
Foto: Fabián García Barajas

El Oro, otro de los pueblos mágicos mexiquenses, destacó por la explotación de sus minas durante el siglo XIX y hasta 1958, cuando se agotaron los minerales.

Con una arquitectura que muestra el esplendor y riqueza del pueblo minero, calles empedradas te llevan al centro y a edificios emblemáticos, como el Palacio Municipal y el Teatro Juárez, ambos construidos a principios del siglo XX al estilo neoclásico y art noveau. El teatro tiene tan buena acústica que fue escenario del tenor Enrico Caruso y la actriz María Conesa, entre otros artistas.

El centro histórico de El Oro te asombrará porque es diferente al de otros municipios; fue construido por los extranjeros que eran dueños de las minas, por lo que no encontrarás el Palacio de Gobierno y la iglesia juntos. Imperdibles para vivir la experiencia del pueblo minero son la Antigua Estación del Ferrocarril, el Tiro Norte (una mina con una profundidad de 493 metros) y el Museo de la Minería.

TIP. La bebida típica se llama chiva, un licor de hierbas al que se le atribuyen propiedades curativas. Y prueba los bolillos, su sabor no se parece a ninguno que hayas comido antes.

Tradición

Metepec

Alfareros de gran maestría para realizar piezas de barro hacen destacar este lugar dentro de los pueblos mágicos mexiquenses, poseedor de la denominación de origen de los árboles de la vida, creación original del maestro Timoteo González. Así que si vas al Museo del Barro verás diferentes modelos de esta artesanía.

Pueblos mágicos mexiquenses
Foto: Fabián García Barajas

La experiencia se enriquece si visitas los talleres de los artesanos, como el de Miguel Ángel González, maestro alfarero que heredó el oficio de su padre Adrián y su tío abuelo Timoteo; el de Pascualito León, quien a sus 98 años sigue creando jarros pulqueros, o el de la familia Soteno.

Metepec se localiza muy cerca de la Ciudad de Toluca. Su nombre viene del náhuatl Metepetl, que significa “cerro de los magueyes”. Cuando lo visites, detente en la Iglesia del Calvario o de la Virgen de los Dolores, construido durante el siglo XVIII con tezontle, piedra roja, que se dice que es lava seca del volcán del Nevado de Toluca. Las largas escaleras para llegar a este templo emulan la imagen de un Cristo crucificado.

TIP: Para hacer compras y llevarte a casa un árbol de la vida visita el Centro de Exposición y Venta Artesanal.

Riqueza

Villa del Carbón

La atmósfera de este lugar es especial (casas con techo a dos aguas, tejas rojas y fachadas blancas), igual que su fabricación de botines para charros y demás productos de piel.

 Taxhimay
Foto: Fabián García Barajas

En Villa del Carbón suele hacer frío, porque está rodeado de bosque, pero ello no es impedimento para caminar por su plaza principal y visitar la Parroquia de Nuestra Señora de la Virgen de la Peña de Francia, así como la Casa de Cultura, donde se exhiben fotografías que muestran parte de la historia y costumbres del lugar.

Vale la pena ir al mercado de artesanías no sólo para comprar el mejor recuerdito, sino para quedarte boquiabierto con el vitral del artista Leopoldo Flores, creador del Cosmovitral de Toluca, y ver un botín artesanal que, de tan grande, posee el récord Guinness. En la presa Taxhimay renta una lancha: podrás admirar las torres de las iglesias San Luis Rey de Francia y del Señor del Quejido, que sobrevivieron a la inundación provocada en 1935 para construir la presa y pescar.

¡Qué paz! Si visitas de noche el Museo del Porcelanizado Delta, localizado a pie de carretera rumbo a Taxhimay, las pinturas y esculturas de peltre y porcelana exhibidas en su jardín “surrealista” hacen la experiencia aún más emocionante.

TIP. La Peña de la Bufa, a 3 mil 600 metros, es ideal para los alpinistas. Su mirador tiene una vista excepcional.

Pueblos Mágicos

La marca Pueblos Mágicos nació en 2001 para propiciar que el turismo turístico recorriera México y que, al mismo tiempo, las localidades reconocidas con esta denominación pudieran conservar su valor y su herencia cultural; es decir, vivir del turismo sin romper su identidad.

“Nosotros tenemos nueve denominaciones que abarcan 10 municipios —comenta Evelyn Osornio, secretaria de Turismo del Estado de México—. Somos sede de cuatro patrimonios de la humanidad: la Zona Arqueológica de Teotihuacán, el Acueducto del Padre Tembleque, el Camino Real de Tierra Adentro y la Reserva de la Biósfera de la Mariposa Monarca. Además, tenemos 22 pueblos con encanto, denominación que sólo tiene el Edomex. Llevaría horas decir todo lo que ofrecemos, y difícilmente los mexicanos podríamos pensar que lo tenemos tan cerquita”.

Sobre la experiencia que se puede vivir en estos pueblos mágicos, la secretaria enfatiza el hecho de redescubrir, conocer y revivir cada sitio.

“Aquí hay piezas únicas, monumentos nacionales, históricos, que no vas a encontrar en ningún otro lugar —asegura—. Y la experiencia se trata de eso, de que puedas decir: en el Estado de México volé en globo, probé el mejor pulque y recorrí el Museo del Virreinato, el único que conserva la era de la colonia de forma espectacular. Tenemos de todo”.