El esperado revival de Twin Peaks, con los creadores originales David Lynch y Mark Frost a cargo de cada detalle a diferencia de lo que ocurrió particularmente en la segunda temporada, arranca recordándonos que en el Black Lodge, Laura Palmer le dijo al agente Dale Cooper (Kyle MacLachlan) que lo volvería a ver en 25 años.

El destino de Cooper, quien en el último episodio noventero quedó atrapado en el Black Lodge mientras su doppelganger regresó a Twin Peaks, poseído por el icónico asesino Bob, es una de las grandes interrogantes de esta nueva serie.

Desde la primera parte nos encontramos con los dos Cooper y vemos cómo su desaparición vuelve a ser tema de discusión, con la ayuda de la siempre misteriosa Log Lady, entre sus otrora compañeros (Hawk, Andy y Lucy) luego de más de dos décadas.

Showtime decidió transmitir dos capítulos en la noche de estreno, los mismos que ya están disponibles en Netflix LATAM. Hasta ahora los momentos en el pueblo de Twin Peaks han sido sólo breves reencuentros con viejos conocidos; personajes como el Dr. Jacoby, Ben Horne y su hermano Jerry, James y Shelly nos recuerdan que el tiempo no pasa en vano. Empero, el dejo de nostalgia viene acompañado de un par de intrigantes subtramas, conectas entre sí pero que se desarrollan en Nueva York y en Dakota del Sur respectivamente.

El primer episodio, en particular, es protagonizado mayormente por nuevos personajes, lejos de Twin Peaks. El simple hecho de visitar otras ciudades hace sentir el gran cambio, aunque este universo parece que nunca dejará de ser habitado por personajes extravagantes, que provocan un humor muy particular, y esa noción del horror de un asesinato que afecta a una comunidad aparentemente normal —la trama de Dakota del Sur por momentos remite a lo ocurrido con Leland Palmer—.

Para el segundo capítulo, todo nos lleva a la situación de Cooper y su violento doppelganger, quien luce como un Elvis Presley decadente. Aunque la trama central ya fue puesta en la mesa —para que el venerado agente pueda salir del Black Lodge es necesario que su doble regrese— es imposible predecir a dónde nos llevará en las próximas 16 horas.

De hecho, el comienzo del revival es tan delirante como el final de la segunda temporada dirigido por el propio Lynch y situado principalmente en ese lugar de cortinas rojas, incluso hay más elementos (i.e. una caja de vidrio gigante que de alguna forma está conectada con el Black Lodge) que sólo podrían pertenecer al imaginario del hombre responsable de clásicos como Eraserhead.