Las sucursales chilangas de Hyatt y Four Seasons se han tomado muy en serio su propuesta de bar: Rulfo y Fifty Mils, respectivamente, son dos espacios con buenos tragos, onda y diseño elegantes.

RULFO

¿Quieres un bar para platicar y tomarte unos tragos antes de un concierto en el Auditorio? ¿Buscas un espacio de coworking donde te puedas echar un whisky para que las ideas fluyan como deben? ¿Necesitas un respiro del caos citadino en hora pico? El antiguo lobby del hotel Hyatt se transformó en todo eso bajo el nombre de Rulfo. El espacio quedó dividido en cinco áreas: fine dining, cevichería, bar, mesa comunal y cafetería. La que nos ocupa es, precisamente, el bar, justo en la parte central.

Su carta de cocteles está compuesta de cuatro secciones: cocteles insignia, con cerveza, especiales y con burbujas. El denominador común en todos ellos es que tienen demasiado dulce. Maracuyá, mermelada de fresa, piña, mango son palabras que se leen de principio a fin en el menú. Pero bueno, estamos en el Hyatt y si lo deseamos, nos preparan un martini seco o un gin tonic perfectos. Ésa sería mi recomendación en este caso: irse por los clásicos.

Las mesitas de mármol y los muebles de diseño americano de los 50 le dan al lugar esa atmósfera –se avecina un cliché– a la Mad Men en la que es imposible no sentirse a gusto.

Campos Elíseos 204, Polanco, 5083 1250, lun-dom 12-1 h, $ promedio: 500, tc: todas.

99073Unos drinks en el hotel.

Unos drinks en el hotel. (Gerardo Maldonado.)

FIFTY MILS

Desde al año pasado, el Four Seasons ha estado renovando sus espacios para estar al día en una ciudad cosmopolita que se toma muy en serio sus puntos de encuentro. En el jardín del hotel ahora está Fifty Mils, un elegante bar de cocteles cuyo menú fue diseñado por su bartender de cabecera, Mica Rosseau. Su apuesta consiste en presentar cocteles clásicos con un twist, mientras que en otra sección sirve creaciones propias con ingredientes de temporada.

Mi preferencia por los cocteles secos hizo que me decidiera por el Inside Manhattan (Bourbon, Vermouth, Cynar y Angostura), un trago potente y delicioso que hizo mi sábado perfecto desde el primer sorbo. Algo que me llamó la atención es que al llegar nos dejaran sobre la mesa una bolsita de papel estraza con Churrumais –o sus primos hermanos– a manera de entrada. Difícil imaginar algo más raro en este entorno.

En Fifty Mils, la disposición del mobiliario –de estilo europeo–, la luz tenue y la música son propias de un espacio concebido como un refugio al que llegas a ser abrazado por un bonito sillón. De lunes a miércoles tienen música en vivo. Si tienes suerte, te encuentras con el estupendo músico Carlos Benavides, “Champi” (en la foto de abajo), tocando el piano.

Reforma 500, Juárez, 5230 1806, lun-dom 13-2 h, $ promedio: 500, tc: todas.

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