Son las 11 de la noche y el centro comercial Pabellón Bosques parece desierto. Pero no pasa mucho tiempo antes de que grupos de chicas hermosas y hombres con look de portada de revista, hagan su arribo al Prey Club.

Al llegar nos topamos con una cadena que si bien no es muy pesada, debes lucir como para aparecer en la revista Quién o en el blog Mirrreybook, de lo contrario no vas a pasar.

Una vez adentro te encontrarás en medio de la mansión que parece pertenecer a algún lord inglés aficionado a la cacería, salvo que en esta casa solariega un impecable sistema de sonido inunda el lugar con música alternativa e indie combinada con new disco. Es así que los asistentes se pueden perder bailando al ritmo de Nervo, Swedish House Mafia o Calvin Harris, con ocasionales toques de éxitos de pop en inglés.

Para tomar te recomendamos los Molcajetes de sabores, hechos con una base de mezcal, y los Dragones, que son shots a los cuales el barman prende fuego –como animal mítico de cuento–, en un ritual que se convierte en todo un espectáculo de pirotecnia.