Derrumbamos siete grandes mitos sexuales

'Si lo haces de vaquera, no te embarazas'

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A pesar de que estamos en pleno 2016 y de que podemos encontrar información sobre sexualidad hasta en el menú de la fonda de la esquina, aún nos llevan al baile con muchas cuestiones. Nos creemos todos los cuentos chinos que nos dicen y al final terminamos más arruinados que león de zoológico.

Por ello, aquí les hicimos una lista con algunos mitos que nos han sacado ampollas con tan sólo escucharlos:

¿Un refresquito?

Mito: si te lavas con refresco de cola (sí, irónicamente) después de tener relaciones sexuales, podrás eliminar todo rastro de semen. 

Realidad: ¿neta? Además de que te arderá hasta el cogote por lo sensible que tendrás esa zona después de haber tenido relaciones, podría erosionarte la piel y provocarte daños en los genitales. En los años 60, muchos adolescentes utilizaban este “remedio” casero para evitar embarazos. Esto se debe a que en estudios de laboratorio se vio este tipo de refresco funcionaba como un espermicida.

Lo que nadie les decía es que una vez que hay eyaculación, es difícil controlar a esos pequeños viajeros. Cualquier se puede colar y llegar al útero (aun si te echas toda la botella de dos litros).

Más seguro, más ‘marrao

Mito: si usas dos condones, te proteges mucho mejor.

Realidad: si haces esto, lo único que provocarás es que haya mayor fricción entre ellos y se rompan. Con lo cual le estarías dando la bienvenida a todo tipo de infecciones de transmisión sexual y a un nuevo integrante de la familia.

Cerilla reveladora

Mito: si aplicas cerilla del oído a la vulva o vagina de alguna chica y ella se queja del ardor, es porque tiene una infección de transmisión sexual.

Realidad: la cerilla no tiene poderes reveladores para indicarnos si alguien tiene alguna ITS. Es un simple fluido corporal, no más. Para ello es necesario acudir a un laboratorio a hacerse las pruebas pertinentes. Además, ¿a quién se le ocurriría estarse untando cerumen en los genitales?

Atrás siempre es mejor

Mito: si tienes relaciones anales, siempre será mucho más seguro que las vaginales.

Realidad: si decides tener relaciones, ya sean anales o vaginales, debes usar condón. Ambas formas son susceptibles a contagios de ITS. 

¡Salud, vaquera!

Mito: si lo haces de vaquera y además estornudas, es prácticamente imposible que te embaraces.

Realidad: te puedes embarazar si lo haces arriba, abajo o de perrito (siempre y cuando sea vía vaginal, claro está). Ello no impide que los espermas recorran el caminito de la escuela y lleguen a la meta final. Según datos del Departamento Estatal de Salud “Anne Arundel”, en Maryland, ni la gravedad ni los estornudos evitan esto. Ay, mis hijos.

Cantar Oaxaca

Mito: si vomitas después del sexo oral, no te embarazas.

Realidad: por más absurdo que parezca este mito, muchos aún lo creen. No saben que el esperma no puede llegar a los órganos reproductores a través del sistema digestivo. Triste, pero cierto.

Aro de la suerte

Mito: si utilizas un aro en el pene, evitarías que los espermas salgan con mucha potencia y que embaraces a tu chica.

Realidad: el aro no evita que los espermas salgan disparados en la eyaculación. Así que si tu chica está en sus días fértiles, lo mejor es que vayan tejiendo chambritas.

Está de más decir que si no usan condón, también pueden contagiarse de todo tipo de ITS. Embarazarse no está padre, pero tampoco tener un virus para toda la vida.

¿Qué otros mitos sexuales has escuchado?

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