Alcohol, comida, desveladas, gastos y fiestas sin fin son la norma del último mes del año. Conforme crecemos vamos aprendiendo que la temporada decembrina es la temporada para el desenfreno de todo tipo y que siempre llegará un enero para resarcir el daño que causamos.

Pero creo que el inicio de año en realidad debe de permitirnos tener una relación más realista y amorosa con nuestro cuerpo, la comida que ingerimos y lo que gira en torno a ella.

Mis últimos años han estado rodeados de subidas y bajadas de peso relacionadas con mi salud y los tratamientos que llevo para controlar la enfermedad crónica con la que vivo ―esclerosis múltiple― y he aprendido un montón de cosas que me gustaría compartir para que ojalá puedas vivir una relación menos complicada con la comida y la cocina.

1. Tu cuerpo es tuyo y nadie debe de tener una opinión de él. Si puedes alejarte de las conversaciones de cuerpos ajenos tendrás la certeza de que poco a poco dejarás también de hablar mal del tuyo.

2. La comida no es un premio ni un castigo. Tu cuerpo no es bote de basura; si algo no te gustó o ya no puedes comer más, no te exijas con tal de no desperdiciar.

3. La comida nutritiva puede ser deliciosa. Es cuestión de aprender técnicas, mezclas de especias, formas de cocción y usar ingredientes adecuados.

4. Todos los nutrientes tienen una función; los carbohidratos no son el demonio ni las proteínas la panacea. No le temas a ningún ingrediente. Respeto, mesura y consumo educado y con porciones será la solución.

5. Las dietas milagro son una falacia. Desconfía de quien demonice un alimento o que te diga que una cosa te resolverá todos tus males.

6. Aprender a cocinar es una gran manera de hacerte cargo de tu vida, salud, dinero y mente.

7. Trata de aprovechar el ingrediente por completo ―de ser posible― usando tallos, cáscaras, pulpa, etc. Puedes ayudar a cuidar el planeta aprovechando los alimentos, tirando menos basura, disminuyendo tu consumo de proteínas animales y sobre todo buscando alimentos locales.

8. Cuando cocines prepara el doble para que puedas tener una porción extra para el tú del futuro. El congelador es tu mejor aliado.

9. Busca gente en tu trabajo, escuela o círculos cercanos para intercambiar comida y así conocer otros sazones y recetas. Esto ayuda también a compartir con tus seres queridos, conocerles mejor y sobre todo a ponerte creativx.

10. La primera vez que prepares una receta será el mayor reto, si fallas o no es tan bueno el resultado, no te desanimes, sigue intentando.

11. Revisa con calma tu relación con la comida o el alcohol. Si solo puedes pensar en planes para convivir rodeados de alcohol y comida o cancelas compromisos por no poder beber o estás a dieta, deberías de pensar en el porqué.

12. Deja atrás el “ya veremos en enero”, recuerda que todos los días son el día para regalarle a tu cuerpo tiempo y alimento de calidad.

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