Fernando Benítez escribió: “México es la cabeza y por tanto priva en ella un ambiente cortesano. Aquí el palacio, los ministros y jerarcas, aquí los banqueros e industriales, la alta burguesía y los intelectuales»1.

Pero el Centro Histórico no funciona así exactamente. Cuando uno camina por sus calles, lo que más ve son comerciantes “informales” y sus clientes, que a su vez son colegas en sus lugares de origen. ¿Será que la vocación cortesana de esta parte de la ciudad ha cedido ante una nueva dinámica, o solo se transformó? ¿Por qué y desde cuándo? Sobre todo ¿a quién beneficia esto?

Imaginemos por un instante que nuestra clase política se aprovechara de tantísimos comerciantes en la calle para, no sé, condicionar su actividad a cambio del voto. Pero es evidente que no son capaces, es gente fina. Más bien habría que remontarse al pasado para concluir que este tipo de comercio es parte de la esencia del Centro. Sí, esta idea parece más cómoda. Abordémosla.

Mucho se ha escrito acerca del tianguis de Tlatelolco, que causó una fuerte impresión en los conquistadores. Sin embargo, a mí me gusta más la figura del pochtecatl, que a diferencia del tlanamacac local se dedicaba al comercio exterior por casi todo Mesoamérica. Para pertenecer a ese gremio se necesitaba el permiso del tlahtoani, aunque también uno podía ser pochtecatl por linaje.

Tales comerciantes desempeñaban una labor importante, pues poseían autoridad jurídica y recaudaban impuestos. Sobre todo, viajaban acompañados de sus cargadores teniendo que disfrazarse para espiar regiones lejanas y rendir informes. Dice Salvador Novo: “Ni una sola de las conquistas de Tenochtitlan dejó de ser precedida por una penetración comercial; ellos obtenían información topográfica, demográfica y política”2

¿Quiénes son los pochtecah actualmente? Cuando camino cerca de mi casa —“¿qué le preparamos, amigo? Squirt, sangría, Tehuacán”— no puedo evitar verle cara de espía a los foráneos que esperan su camión muy pacientes, las bolsotas negras sobre el piso, en las centrales de autobuses no autorizadas de la Lagunilla. ¿Qué le contarán a su gente cuando regresan a sus lugares de origen? Porque muchos vienen de lejos. México sigue siendo la ciudad más importante para hacer negocios en Mesoamérica. Negocios de bolsotas negras.

¿A quién beneficia esto?

Sobre el columnista Jorge Pedro Uribe…

Es periodista, un apasionado de la historia, la crónica y la ciudad de México. Es autor de los libros Amor por la Ciudad De Mexico, Novísima grandeza mexicana y el más reciente, Crónicas de la verdadera Conquista.