¡Cero privacidad! Llegamos con ganas, pero el personal de mantenimiento parecía estar en junta a la entrada del hotel. Era inevitable que nos vieran. Sentíamos que la pasión amainaba.

Luego un tipo nos acompañó al garaje para cobrarnos, pero cuando supo que pagaríamos con tarjeta nos mandó a una ventanilla polarizada… a la entrada. Y la cajera tuvo que dejar su cabina porque su terminal no agarraba la señal. Fue tan lento que ¡el gerente salió a hacerme la plática! Y no era “hora pico”.

Mi pareja estaba preocupada, aunque no tuvo que bajar del auto. Eso sí, todos fueron muy amables. Ya entrados en materia, el motel es algo monótono, de habitaciones comunes –y limpias–, pero con espacio suficiente para caminar y probar diferentes posiciones.

Hasta la más pequeña tiene tubo y un “potro” o sillón erótico de cuero; después de diversas contorsiones y buenas dosis de imaginación fue divertido y bastante placentero usarlo.

La iluminación tenue ayuda a darle vuelo a la pasión. Tal vez el look monocromático sea para que juegues con la luz, estratégicamente colocada en el tubo, la regadera y el espejote (que se ven desde la cama, como para darle al voyeurismo).

El menú de comida y bebida es enorme; no tiene paquetes especiales ni afrodisiacos, pero sí mucha privacidad al entregarte tu pedido. Como está en una de las entradas a Santa Fe, se hace tal tráfico que escucharás ruido de la avenida… y también de las habitaciones contiguas.

Vasco de Quiroga 1840, Tlapechico Santa Fe, 5257 1035, newportvillasandsuites.com.mx, tc: todas, tiempo límite: 6 horas (costo extra de un día para otro). Presidencial $2,000, Jacuzzi y vapor $730 (6 h) y $1,100 (toda la noche), Jacuzzi $680 y $820, Estándar $530 y $730.