7 de julio 2011
¿Mujer o madre?
Por: Colaborador
Ahora que estoy en Mérida –vine de visita a casa de mis papás–he estado observando a mi hermana. Ella es mayor que yo y tiene dos hermosos retoños,una de tres y la chiquitita de uno. En esta ocasión en particular, la he notadocansada y, a ratos, algo harta. Su vida “se limita” a su familia: su marido y sus dosniñas. Y, para ella… no hay tiempo.
Aunque veoesta situacióncotidianamente en consulta y con amigas que tienenhijos, peronunca con alguien tan cercano a mí, noto con qué facilidad puede llegar a complicarse la fina línea entre “mis deberes” y mipropia vida (mis ilusiones, sueños, aspiraciones, etc).Lo curioso es que somos laspropias mujeres quienes nos ponemos en esta situación, no dejando que nuestrapareja nos apoye y no pidiendo ayuda ni diciendo lo que estamos viviendo.
Es un juego complicado. Muchas –desde mi experiencia profesional– se sientenculpables si dejan a sus hijos y se dan un tiempo para ellas, porque sientenque ellos están muy chicos o que nadie los cuidaría igual de bien que ellas mismas.Aquí lo principal es soltar un poquito el control y confiar en alguien para esta tarea.Déjate apoyar.
En realidad norequieres tantas horas para tí, igual y dos horas a la semana, te bastan. Que alguien se haga cargo de la situación por un par de horas para que tú te puedas ira clases de algo, o simplemente irte a relajar a un spa. Créeme, cuando regreses atu casa, vas a poder entregarte y darle a tus hijos a la mujer amorosa, paciente yentregada que eres.
Mujer, escúchate –sé que es difícil cuando los gritos de tu chamaco te trepananel tímpano– pero hazlo. Date tiempo para ver qué necesitas como mujer, comoesposa y finalmente como mamá. Entiendo que puede ser algo complejo, pero noimposible.
De verdad, no me voy a cansar de repetirlo, ¡pide ayuda! No sientas que el paquetees sólo tuyo. Seguramente –además de tu pareja– hay mucha más gente que tepuede apoyar, búscala.
Pero, sobre todo, date permiso de sentirte como sea quete estés sintiendo en este momento… Suelta la culpa, es normal que a veces tehartes, te frustres, te enojes y quieras mandar todo y a todos al carajo –incluidostus hijos–.
No te culpes por sentirte así. Acéptalos, vívelo y –cuando logresdescansar–solito se van a ir.
Disfruta todo momento. Yo sé que amas tu papel de mamá y que quieres lo mejor para tus hijos, pero –por algunas horas– juega a no tomártelo tan en serio. Bájale a tu exigencia y únicamente disfrútalos, sin preocuparte por nada.