Al 90 por ciento de las mujeres les encantan los hombres que les
dicen
sin recato "lo buenas" que están.
¡NOT!

Lo cierto es que nos resulta increíble que piensen que sus
"halagos" nos prenden:
no hay nada que desestabilice más a una mujer
que
recibir una guarrada… a cualquier hora, en cualquier lugar y
situación.

Y aunque al principio
lo único que las féminas sienten es desprecio por aquellos pseudoconquistadores
-que por lo demás se creen tremendamente intrépidos y
creativos-, al final no les queda sino reír nerviosas por haberse
convertido durante unos segunditos en un muy obscuro –y obsceno, muy
obsceno– objeto de deseo
.

Tal vez estos no sean los piropos más guarros del mundo, pero sí los más
inolvidables.