por Alessia Di Bari

¡Conviértete en toda una maestra del autoplacer!

Cuando tu visita al ginecólogo se convierte en el evento más esperado… algo anda mal contigo. Aquí, algunos breves consejos, para que disfrutes esos momentos contigo misma y no desees con fervor a tu médico de cabecera.

El decálogo

1. Primero, antes que todo y que nada… fantasea. Asegúrate de pensar bien en tu fantasía: puede ser la escena candente de tu película favorita, algo o alguien que te vuelve loquita de deseo, en fin, lo que sea que te alborote la hormona.

2. Recuerda: estás sola y no habrá nadie ahí para juzgarte

3. Acto seguido, decide quién será el o la protagonista… ¿serán tus dedos, tu mano, algún juguete sexual, tu almohada favorita?

4. No olvides que: aunque escojas un objeto; la mano o los dedos siempre deben comenzar a estimular antes, para ir preparando el terreno.

5. Para estimular el punto G, introduce los dedos dentro de tu vagina e intenta hacer una señal como de “ven aquí”.

6. Recuerda: lo que sientas rugosito y esté en la parte anterior de la vagina, es el famoso punto G.

7. Si te quieres sentir más sexy, mantén las piernas abiertas; con una mano roza por encima tu clítoris, mientras la otra intenta localizar al punto G. Levanta y mueve las caderas.

8. Tip: cuando ya estás muy excitada, la rapidez es LA clave.

9. Para darle un toque más atrevido, puedes colocar tu vibrador sobre su base y sentarte sobre él, salir y entrar cuantas veces se te antoje; también puedes colocar la base sobre la cama, contigo boca abajo, simulando así que estás montada en el pene de un hombre.

10. ¡Deja volar la imaginación! Eso es lo MÁS importante.