Un poco de las leyendas que rodean al bosque embrujado de Tlalpan y su legado fabril.

El padre Antonio Fragoso reza junto a la Piedra del Diablo mientras en el bosque la oscuridad y extraños sonidos parecen apoderarse del entorno: los obreros huyen del bosque maldito, al final del exorcismo. Este forma parte de los relatos que acompañan la leyenda del Parque Fuentes Brotantes en Tlalpan, famoso por sus manantiales. Y puedes leer algunos aquí.

La Ciudad de México cuenta con muchas leyendas urbanas, algunas más famosas que otras, La Llorona, es un clásico que las abuelas contaban a sus hijas y luego ellas a sus nietos. Recordamos la historia de Piedra del Diablo una leyenda del Parque Fuentes Brotantes: sitio donde (según dicen) se aparecen espectros. Además, un exorcismo al bosque y su tradición fabril envuelven este misterio chilango.

Un poco de historia

La era industrial de Tlalpan es tan antigua como estas leyendas. Entre 1860 y 1870; La Fama Montañesa, San Fernando y La Fábrica de Papel Loreto y Peña Pobre (hoy Plaza Inbursa), encontraron en esta demarcación su lugar de asentamiento y prosperidad.

Hablaremos de la primera, que desde 1831, funcionó con ayuda del manantial de Fuentes Brotantes. Actualmente puedes encontrar una piedra durmiente de molino, que data de 1561, en la calle La Fama con esquina Félix Cuevas de dicha alcaldía. Desde esa esquina puedes llegar al bosque de Fuentes Brotantes. Puedes leer aquí un ensayo acerca de sus actividades, fundación y procesos.

El callejón camisetas, a un costado de la calle La Fama, te conduce al pequeño bosque. En la noche muchas interpretaciones pueden atribuirse a la escena de un lugar desolado, pero los vecinos (en especial los mayores) contaban que por ahí se veían duendes, espectros y hasta La Llorona hacía su aparición.

En 1926 se realizó un exorcismo al bosque, a petición de los obreros que salían tarde de La Fama Montañesa, hoy convertida en bodega y cerrada al público. Perros negros, desapariciones y sonidos de cadenas arrastrando, eran la constante en los relatos que los obreros contaban.

El investigador Mario Camarena Ocampo, experto del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), coautor del libroManantial de historias. El barrio La Fama Montañesa(2006), señala que el exorcismo “es muestra de la necesidad de ese entonces por restituir el orden social quebrantado por la Revolución”.

No existen registros de dicho conjuro colectivo llevado a cabo en el bosque, pero el experto del INAH apunta en su trabajo que “otro aspecto refiere la manera en que los trastornos en la dinámica colectiva llevan, inclusive, a visualizar “apariciones”, alimentando así el mito que acompaña al bosque y la fábrica.

Las mujeres vampiro

En 1962 la producción de la película Santo contra las mujeres vampiro filmó algunas escenas en el Parque Fuentes Brotantes, en una escena de la cinta podemos ver a El Santo conduciendo su automóvil a un costado de la llamada Piedra del Diablo. Casi al final del metraje el luchador se adentra en el bosque, lugar donde se encontraba el castillo de las mujeres vampiro, para rescatar a la hija del profesor.

La Fama del bosque embrujado de Tlalpan

En esta foto de 1968 se aprecia al fondo la escuela primaria José Azueta la cual se ubicaba al interior del Parque Fuentes Brotantes, en Tlalpan. Hoy este lugar ha reducido en vegetación, pero aumentado en asentamientos urbanos. Esto dio origen a un sin fin de leyendas en la zona.

Foto: Marcela Zavalza Espinosa.

La fabricación del mito

El ya comentado exorcismo de La Fama tuvo lugar dos veces. Los pobladores de ese sitio y los trabajadores concluían sus jornadas de más de 12 horas (de ahí el movimiento revolucionario) escuchando historias sobre sustos, aparecidos y más. La leyenda relata que durante el exorcismo se escuchaban gruñidos de perros, aullidos y lamentos. Al cesar operaciones en La Fama, y por petición de los vecinos, el sitio fue cerrado al público y se realizó un segundo exorcismo en 1998, del cual no se tiene registro.

La fama del bosque embrujado de Tlalpan con los años ha perdido fuerza, pero no su encanto. El encanto del parque puede verse entre sus árboles, personas alimentando a los patos del lago y los atardeceres que no tienen nada de paranormal.

“¡Qué pocos paisajes habrá en el mundo tan bellos como el de Las Fuentes Brotantes y sus alrededores, en la señorial y odorífica villa de Tlalpan, cuyas casas sonríen por las ventanas encuadradas de geranios que miran al siempre florido valle de México!”, La Tórtola Del Ajusco, Julio Sesto, 1914.

Dónde: Av de Las Fuentes 51, Fuentes Brotantes, Tlalpan, 14410 Ciudad de México, CDMX