La capital mexicana se ha vuelto la metrópoli en la que se cumplen los sueños y aunque muchas veces el estrés, la falta de motivación y la competencia suelen ser factores contundentes para abandonarlos, la CDMX siempre encuentra la manera de incentivar a aquellos que no quitan el dedo del renglón.

Gracias a The Kraken Rum, la tinta de Kraken Ink se apoderó de las calles de la ciudad con el objetivo de motivar a cientos de artistas urbanos a que persigan sus sueños y a que dejen evidencia de que vivir de hacer dibujitos es posible cuando se atreven a liberar a la bestia que vive dentro de ellos.

Inspirados en este animal mitológico marino, los artistas urbanos usaron la tinta del Kraken como una forma de expresión. El ganador fue Kail Lara, mejor conocido como Terts Kingdom quien, con su talento, rompió esquemas y demostró que pintar paredes y muros no es una acción vandálica sino una expresión artística de la que se puede vivir.

Durante mucho tiempo se dijo que quienes hacían grafiti eran unos vándalos, pero lo cierto es que se trata de hacer arte en toda su expresión. Actualmente, el arte callejero caracteriza a las grandes urbes y en esta ciudad chilanga los muros son lienzos que sirven para plasmar los sueños, ideologías y la pasión de artistas valientes que están rompiendo paradigmas para hacer de su pasión una profesión.

Vivir de lo que a uno le apasiona sí es posible y para muestra basta mirar las paredes y los muros de esta ciudad. Así es como la tinta del Kraken trascendió los esquemas chilangos, impulsó el talento urbano y le dio la libertad a todos aquellos artistas que están buscando cambiar la manera de hacer las cosas y que no dejan que nadie les diga que, para ganarse la vida, hay que abandonar los sueños.

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