Twitter nos gusta. Vaya: nos encanta. ¿Quién, a estas alturas, no es adicto? Bueno: Google, que es el santo patrono que resuelve necesidades que no sabías que tenías, decidió entrarle al juego y creó su propio servicio de microblogging. Se llama Buzz, está conectado con gmail y con blogger y con el mismo twitter, y es, dicen, una maravilla. Una maravilla que nosotros, francamente, no entendemos un carajo. Pero su nombre nos gusta.

Después de Google Wave (ése otro gran misterio), creemos que lo de Buzz es un riesgo fuerte que Google se atreve a correr. Pronosticamos que no con mucha suerte. O quizá sí. Por lo pronto, es difícil de entender, y, si uno ya tiene Twitter, es medio inútil. Pero quién sabe: ya se ha visto que estos tipos luego se las arreglan para volvernos adictos a cosas que no necesitamos del todo.

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