El lenguaje es una estructura social, por ello, Las Constituyentes CDMX Feministas desarmaron, uno a uno, los artículos de la Constitución de la Ciudad de México con el objetivo de hacerla feminista, de integrar a las mujeres en los ordenamientos que las mantenían invisibilizadas.

“Nuestra constitución local, que es de las más avanzadas en América Latina, no nos reconoce como sujetas políticas sino como objetos de políticas públicas (…) Nunca fuimos mujeres, no se nos reconoció como tales y ahora somos ‘personas’. Pasamos de no ser nada a ser personas. No nos nombran”, dice Yndira Sandoval, una de las fundadoras de la colectiva.

“Los textos más progresistas en derechos humanos pasan de invisibilizarnos a meternos en un cajón, borrando la desigualdad histórica”.

Ese interés feminista por reconfigurar las estructuras en las que se arraiga la sociedad –incluyendo el lenguaje– las llevó a crear la Constitución Violeta y a lanzar una convocatoria para que mujeres en lo individual y organizadas en colectivas se integraran en uno de los ocho equipos que intervinieron los ocho títulos de la carta magna local, con el objetivo de visibilizar los derechos humanos de todas las mujeres, de todas las edades, circunstancias, identidades y condiciones.

Otra colectiva Feminista: Las del Aquelarre Violeta

El resultado de semanas de trabajo incluye una versión de la Constitución de la CDMX con lenguaje incluyente y escrita en femenino, en la que se resaltan derechos clave de las mujeres.

Cuenta con reflexiones feministas y reivindicaciones históricas; además de que se visibilizan las disidencias sexogenéricas y los derechos de las mujeres sin hogar, en reclusión, rurales, indígenas, afromexicanas y con discapacidad.

Los temas del feminismo

Para Yndira Sandoval hay tantos feminismos como mujeres que se asumen feministas; sin embargo, existen grandes luchas que se convierten en puntos de convergencia, tales como estar a favor del aborto y de la autonomía corporal y luchar contra todo tipo de violencia hacia las mujeres.

“El tercer tema es estar a favor de las disidencias sexogenéricas y lo hablamos así y no de diversidad sexual, porque son disidencias al régimen heteropatriarcal; yo puedo ser hetero, pero no como el patriarcado quiere que sea. Y el cuarto tiene que ver con el respeto y garantía del Estado laico”, añade.

Además de los puntos anteriores, Las Constituyentes CDMX Feministas tienen otras nociones irrenunciables: la corresponsabilidad de las tareas de cuidado por parte del Estado, las familias, el mercado y la comunidad; la paridad vertical y horizontal en el ámbito público y privado, porque se trata de un asunto de distribución de riqueza y representación igualitaria, y, finalmente, la abolición del trabajo sexual forzado y todo tipo de explotación.

Para la colectiva es necesario que el feminismo se inserte en la vida política de la ciudad y del país, trabajar en un modelo económico feminista, y meterlos también en el sistema de justicia, la cultura, la ciencia, el medio ambiente y todo lo demás.

“No es tener una agenda ovárica, uterina, no debemos quedarnos solo en exigir que no nos maten o nos violen o que nos hagan campañas de mastografías y papanicolaou. Hay que despatriarcalizar la política y no solo feminizarla, así vamos a entender que las mujeres no somos un capítulo en la agenda de gobierno, somos la agenda de gobierno”, dice Sandoval.

Sin embargo, reconoce que ha sido difícil que las mujeres feministas pongan energías y trabajo en la transversalización, la interseccionalidad y en entrar en ámbitos que antes parecían cerrados, pues la lucha sigue siendo lograr el primer derecho no garantizado: tener una vida libre de violencia.

Otra colectiva feminista: Terremoto Feminista

Por ello, Las Constituyentes CDMX Feministas tienen como propuesta el 3 de 3 contra la violencia y convertirlo en ley para 2021. Consiste en que, para ocupar un cargo de elección, de designación (que son los de confianza y gabinete) o de concurso (las ternas) sea requisito obligatorio no ser deudor de pensión alimenticia, no ser agresor por razones de género y no ser acosador sexual.

Con esta iniciativa se podrá vincular el banco de agresores en el que trabaja la Fiscalía General de Justicia de la CDMX y el padrón de deudores de pensión que ya existe.

El problema, dice la cofundadora de la colectiva, “es que en el poder judicial no hay sentencias”. Sin embargo, la meta de este año es visibilizarlo, hacer que, al igual que con el 3 de 3 de transparencia, que se volvió “políticamente correcto” y ahora todos lo presentan, los candidatos y servidores públicos firmen que no son acosadores y que, si se les comprueba lo contrario, se les retire la postulación.

Otra de las propuestas de trabajo de Las Constituyentes es la territorialización de la política pública y la lucha, además de ir a las colonias para hablar de qué es, cómo hace daño y cómo se cura la violencia, tal como ellas lo hicieron al publicar la Constitución Violeta.

“Este año es nuestro cuarto aniversario y lanzamos la convocatoria para hacer la versión feminista de la Constitución Federal, porque, para estar en la ruta de la erradicación de las violencias, este país requiere más constituciones violetas y menos morales”, asegura.

Foto: Diana Delgado

Sobrevivir a la violencia

Yndira Sandoval es una sobreviviente de tortura sexual. Fue detenida y abusada en el municipio de Tlapa, en Guerrero, el 16 de septiembre de 2017. Además de la violencia física, en redes sociales se difundieron imágenes en las que ella reclama a los policías que su detención era injusta y que estaban violando sus derechos humanos; sin embargo, como el hecho sucedió luego de una celebración en la que ingirió bebidas alcohólicas, su imagen se volvió motivo de escarnio público.

Otra colectiva feminista: Las del Aquelarre Feminista

“A mí me queda muy claro que la parranda que me aventé un 16 de septiembre me salió cara, estoy viva y de regreso, porque sé lo que sé y lo que les molestó es que los haya grabado y me haya defendido”, recuerda.

“A mí no me violó una mujer indígena, madre soltera, fue un elemento del Estado con arma y uniforme, más allá de su condición. En algún momento se dijo que yo no tenía cara de víctima ni ella de agresora, por eso insisto que, para reconocer que también ocurren estas violencias, antes de feminizar hay que despatriarcalizar”.

El 12 de septiembre de 2019, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) emitió la recomendación 63/2019, que reconoce que Yndira Sandoval no mintió al denunciar tortura sexual y que el Estado deberá compensar y reparar los daños físicos, emocionales, económicos y sociales que causó a la defensora en derechos humanos.

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