Dice el escritor Eduardo Vázquez Uribe que Tepito, su barrio, tiene un lado oscuro: su cultura. Y es cierto. Los murales en Tepito son un ejemplo. Por algunas calles, detrás de los puestos de ropa y otras mercancías, hay trazos borrosos de figuras humanas en las paredes. Si uno entra a la unidad conocida como Los Palomares verá un enorme mural que plasma la vida en el barrio. En ambos casos se trata de la obra de un destacado artista del barrio y del arte moderno mexicano: Daniel Manrique.

El paso del tiempo, la ignorancia sobre su obra y el nulo interés de las instituciones culturales, académicas y la propia comunidad han provocado que el trabajo que dejó el iniciador del movimiento Tepito Arte Acá en barrios populares esté desapareciendo. De hecho, una buena parte fue destruida por el temblor de 1985.

Ni el INBA, a través Centro Nacional Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (CENCROPAM), ni la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, ni la Dirección de Cultura de la Alcaldía de Cuauhtémoc cuentan con un inventario o un catálogo oficial encaminado a preservar la obra de Daniel Manrique, es decir, los murales en Tepito. Se desconoce el número total de murales, pinturas en caballete, esculturas, dibujos, bocetos y escritos que Manrique dejó al morir.

A pregunta expresa si la obra de Daniel Manrique está catalogada o existe un inventario de su trabajo, la respuesta de esas instituciones fue la misma: No y en algunos casos ni siquiera conocen al artista. Tampoco el Centro de Información del Patrimonio de la Ciudad de México (CIP) contempla los murales en Tepito que Manrique hizo en algunos interiores.

“Esa es una cuenta pendiente”, señala Alfredo Matus, director de la Galería José María Velasco del INBA. “Sí  serequiere de alguien, un investigador que se aboque específicamente a ese trabajo. Daniel Manrique produjo muchísimo. Creo que sí tiene que ver con esta visión excluyente, de que como (Tepito Arte Acá) no eran artistas de clase media y formados en escuelas de arte, no se les incorpora dentro del discurso de la historia del arte mexicano. Se han quedado excluidos y muy al margen”, dice.

murales de Daniel Manrique

Foto: Lulú Urdapilleta.

El nacimiento de Tepito Arte Acá

A principio de los 70 surge Tepito Arte Acá, un movimiento que cuestionaba la cultura oficial y miraba de forma crítica su condición socioeconómica, la migración, los oficios y demás manifestaciones que dan identidad a su barrio. Daniel Manrique Arias sobresalió porque comenzó a hacer verdadero arte popular al intervenir las paredes y crearo murales en Tepito.

“Intentaron construir lo que académicamente se define como las microhistorias. Es decir, se construye una visión, en este caso del arte, magna, macro. Lo que hace distintivo el trabajo de Daniel Manrique es hacernos mirar la realidad de una ciudad”, platica Alfredo Matus.

La propuesta de Daniel Manrique, nacido en 1939, llamó la atención de la comunidad artística y la prensa. En casi 40 años de carrera ganó algunos premios nacionales e internacionales y obtuvo un reconocimiento por la UNESCO. Se convirtió en miembro del Salón de la Plástica Mexicana y contribuyó al rescate de uno de los murales de Siqueiros en Argentina. Su obra también se encuentra en Canadá, Estados Unidos, España, Argentina y Francia, donde impresionó tanto que una calle lleva el nombre de Tepito.

“Manrique baja el arte a la gente y empieza a pintar en las vecindades. ¿Por qué en la vecindad, en la casa del zapatero no puede haber una obra de arte digna? Daniel Manrique baja el muralismo con un discurso que es totalmente popular”, cuenta el Polo Castellanos, fundador del Movimiento de Muralistas Mexicanos (MMM). “Manrique lo que hace es dignificar a través de la obra mural su barrio”.

Brisa Ávila, esposa de Manrique, cuenta que mientras el artista pintaba, la gente le ofrecía un taco, le donaba pintura y platicaba con él sobre esas figuras fuertes y macizas que plasmaba en los murales en Tepito. Por primera vez el arte estaba en manos del pueblo.

“Pienso que Daniel Manrique cumple el verdadero sentido del muralismo mexicano: no solamente pintar al pueblo, sino con el pueblo”, comenta el artista plástico Alejandro Caballero Valdés, fundador de la Escuela de Arte al Aire Libre de Tepito (ELITEP). “Diego Rivera, Siqueiros y Orozco pintaban al pueblo, les interesaba el pueblo, pero no eran gente del pueblo. Daniel Manrique sí viene de ahí”, agrega.

Daniel Manrique y sus murales en Tepito

Foto: Lulú Urdapilleta.

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¿En qué calles están los murales en Tepito?

En el corazón de Tepito hay una unidad habitacional cuyos techos inclinados y ventanas recuerdan las casitas para palomas. Los Palomares, la llaman. En las paredes del segundo piso se ven varias escenas: al zapatero con su chalán, la vendedora de tamales, una mujer con herramientas en alusión a las viviendas reconstruidas después del temblor del 85.

Este es el último de los murales en Tepito que pintó Daniel Manrique. Su fecha es de 2009, un año antes de su muerte; sin embargo, el sol, la contaminación y las lluvias le han quitado el color y han maltratado la obra. En algunas partes se ha caído la pintura y en otras el cochambre se ha pegado en los surcos que dividen las líneas de ladrillos.

En el número 10 de la calle Florida hay un mural que es afectado por una bajada pluvial. Otro de los murales en Tepito se encuentra en el espacio Martes de Arte, en Vidal Alcocer y el Eje 1 Norte. La humedad ya botó la pintura de la pared y, aunque tiene un techo de lámina que lo protege del sol, eso no impide que la lluvia escurra y llene de moho algunas áreas. En 2010 y 2013 la obra fue restaurada gracias al financiamiento que consiguió el veterano promotor cultural del barrio, Luis Arévalo Venegas, pero eso no ha sido suficiente. Mientras un mural se salva otros son borrados.

“Mucha obra que hizo él en Tepito ya no está. La misma delegación (Cuauhtémoc) ha tapado murales. Eso es realmente estúpido. Tapó tres sobre avenida del Trabajo hace unos 10 años. Otros se han ido perdiendo, borrado”, comenta Antonio Paz Martínez, representante legal de la asociación Campamentos Unidos, que guarda en sus instalaciones murales del artista tepiteño.

Tanto Brisa Ávila como Alejandro Caballero, hablan también de un mural en la calle de Ferrocarril Interoceánico, en la colonia Morelos, que fue borrado: “Hizo uno frente al Archivo General de la Nación, en la fachada. En el relajo político lo borraron, pusieron encima propaganda”, dice la compañera de vida del artista.

Las paredes que forman el patio en el número 82 de la calle Zarco, en la Guerrero, muestran murales sobre el trabajo de las mujeres durante la reconstrucción tras el sismo de 1985, así como la cultura popular en ese barrio. Esta obra de Manrique también está dañada. Algunos elementos han desaparecido: la filtración de agua tira el yeso y la pintura. Toda la capilla Manriquiana, como le dicen al lugar pues ahí fue velado en 2010, necesita recuperación, al igual que los murales de Zaragoza 238, donde está un mural que el artista dedicó a la niñez; y el de Soto y Pedro Moreno, donde está grafiteado uno con relieve, trazado sobre el cemento. Si bien, otros trabajos en las viviendas reconstruidas han permanecido, el clima les borra el color y el brillo.

obra de Daniel Manrique

Foto: Lulú Urdapilleta.

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No solo son murales en Tepito

El 24 de marzo del ano pasado, la artista urbana Janín Nuz pintó un muro a la entrada de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, como parte del Festival de Arte Urbano CONSTRUCTO. Lo que ella ignoraba es que en ese espacio estaba la obra “Necesitamos la técnica”, que Daniel Manrique plasmó en los 80.

De acuerdo con Polo Castellanos, quien protestó ante el maestro Arturo Chávez López, secretario general de la Facultad, la escuela firmó un acuerdo con Playboy y Vans, patrocinadores del evento, para que el trabajo de Janín Nuz permaneciera por un año. Tras ese tiempo harían una réplica del mural de Manrique en mosaico en el mismo sitio y buscarían la declaratoria de Patrimonio Universitario.

“Hay una violación de derechos de autor, hay una destrucción de Patrimonio Universitario. Si bien no está catalogada como tal, no implica que no fuera patrimonio de los universitarios. Es una obra que donó Daniel Manrique a la Universidad”, reclama el muralista.

Hasta el momento el trabajo de Janín sigue ahí y el secretario general de la Facultad, Arturo Chávez López, no contesta las llamadas ni correos de Castellanos.

Un proyecto fallido

De acuerdo con Antonio Paz, de Campamentos Unidos, hace unos años Alejandro Fernández Ramírez, exdelegado de la hoy Alcaldía de Cuauhtémoc, se acercó para hacer un catálogo de la obra de Manrique en la demarcación y rescatar la historia de sus murales en Tepito. Sin embargo, todo quedó en una buena intención. Tal vez la razón por la que Daniel Manrique es ignorado por las autoridades culturales es la distancia que siempre mantuvo con políticos y gobernantes.

“Daniel Manrique fue muy distante a esta perspectiva de aliarse o tener el soporte de los programas de gobierno. El creía que perdía su autonomía en el enfoque. Eso lo hizo obtener la indiferencia institucional”, apunta Alfredo Matus.

El director de la galería también cree que otra causa es que Tepito Arte Acá no logró desarrollar una continuidad, pues, aunque existen personas del barrio que dan seguimiento al movimiento, trabajan sin colaboración y sin una organizan suficiente para recuperar la obra de su artista plástico más emblemático.

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A continuación te compartimos una galería de los murales en Tepito de Daniel Manrique.