No sé qué Joker fui a ver. Creo haber visto el Joker que se llevó el León de Oro en el Festival de Cine de Venecia, pero la película luce demasiado formulaica para haberse llevado tal honor. Luego recuerdo que los europeos flipan por estudios de personaje –como el de Joaquin Phoenix como Arthur Fleck– y todo tiene sentido de nuevo. ¿O lo tiene?

Después pienso que esta clase de película ya se ha visto y, entonces, tanto adjetivo grandilocuente que le han dedicado suena hueco. Ah, ¿pero no vivimos acaso en la Era de la Hipérbole, donde TODO debe caer en los extremos de lo grandiosogenialespectacular o de lo catastroficondenablemediocre para tener un dejo de permanencia en nuestra fugaz memoria?

Tampoco sé si vi un intento desesperado de DC por rescatar credibilidad crítica tras las vapuleadas sufridas por sus películas previas (aunque no se reflejan en malas taquillas globales, muchas gracias). Es un hecho que no vi el “homenaje a Scorsese” que tanto se presagiaba en los tráilers (sobre todo porque él era el original elegido para dirigir este vehículo, con DiCaprio como su eterno schauspielmotiv –ni lo busquen, es un terminajo sacado de la manga–).

Oigan, pero Scorsese acaba de declarar que las pelis de Marvel (y, por asociación, las de DC) “no son cinema”. ¿Entonces descartamos ese León de Oro como una caída Bartlettesca del sistema, un error de la Matrix? ¿’Matrix’ es cinema? Y si Spielberg decide que Netflix tampoco es cinema… ¿qué está haciendo Scorsese? ¿Es un happening? ¿Un comercial de American Express? Sea lo que sea será genial, él es un genio y un dios, ¿pero a quién le hago caso? ¿Qué hace Spielberg en Apple+? ¿Cinema? ¿Series? ¿Qué Joker fui a ver, con dos carajos y tres me cagos en la mar salada?

Compré boleto para ver a Joaquin Phoenix, eso sí me queda claro. Siempre lo haré, es una máquina de interpretar roles bestiales y demoledores, sea en The Master opacando a Phillip Seymour Hoffman (brindis por el difuntito), o haciendo a Johnny Cash mejor que el mismo Johnny Cash (Era de la Hipérbole, recuerden). Por eso me fui satisfecho de la sala, Phoenix tiene más garantía que comprar en Amazon (¿Amazon Prime es cinema, a todo esto?). Hubo gente que compró boletos para ver a Batman y salieron decepcionados. Caveat auditor, como decían los de Cinépopuls Imaxus en la antigua Roma al comprar entradas.

Uy, casi me olvido de los que compraron boletos para salir titulados de psicólogos con especialidad en trastornos de personalidad (sin exámenes, sin maestros, sin tareas en casa, todo muy deCNTE). Quizá fui a ver Joker porque me topé a mucha gente pontificando sobre esquizofrenia, sociopatías y queriendo recetarme ansiolíticos. Otros querían risas porque JOKER. Siempre habíamos reído con él, pero ahora se siente como si nos estuviéramos riendo de él: de que todos lo pisotean, lo patean, lo mancillan, y él no tiene la respuesta inteligente del Joker que conocíamos. 

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¿Vimos entonces la historia del Joker? Pues… no. La historia es la de Arthur Fleck y esa historia está contada de una manera muy consistente. Lo que a primera vista parecería descuidar a otros personajes no es más que la visión que él mismo tiene de ellos, así que por eso es válido que nos la cuente de una manera parcial, subjetiva. Es la trampa del narrador sospechoso, y eso suele construir películas memorables.

Aunque tampoco es para que elevemos la película a la categoría de “la última palabra sobre el retrato de enfermedades mentales en la pantalla”. Esperaba ver la historia de un tipo que se viste de payaso y termina peleando contra un tipo que se viste de murciélago, pero vi otra cosa. Me parece necio querer ver Joker con una agenda preconcebida respecto a su glorificación o a su condena tajante sobre los individuos olvidados por la sociedad que se convierten en estandartes de luchas por mero accidente.

Ya saben a quiénes me refiero: Rodney King no era ningún santo y se resistió a un arresto policial, pero la megamadrina que le pusieron unos policías terminó por hacer que ardiera una ciudad. Quienes ven en la triste vida de Arthur Fleck una justificación para revelarse contra el sistema o para enaltecer la violencia, quizá es porque entienden el cine en absolutos: todos y nadas. Yo vi una película excelentemente actuada (por todo el elenco, no solo por Phoenix), con un impecable diseño de producción y una historia funcional. Hasta ahí. Eso sí, espero que esa película que vi sea la misma Joker por la que todos se están peleando. No me gusta quedarme fuera de las conversaciones sociales.

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