Quizá sea momento de aceptar que pasando los 22 grados centígrados los chilangos empezamos a derretirnos, pero, más allá de las bromas, debemos tomar algunas medidas para que las enfermedades por temporada de calor no nos lleven al hospital.

Cifras de la Secretaría de Salud capitalina estiman que las diarreas, salmonelosis y tifoideas –conocidas como enfermedades por temporada de calor– aumentan 30%  en primavera y verano y están relacionadas con la descomposición de los alimentos por las altas temperaturas.

Deshidratación, enfermedades gastrointestinales, quemaduras en la piel e insolación son los padecimientos más comunes causados por la alta exposición al sol, el poco consumo de agua y una mala higiene.

Toma nota de las recomendaciones, porque el Servicio Meteorológico Nacional prevé que, aunque habrá algunas lluvias y vientos, los primeros días de abril las temperaturas oscilarán entre los 10 y 29 grados centígrados.

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Cómo evitar las enfermedades por temporada de calor

Aunque terminó la Semana Santa y todavía no huele a vacaciones de verano, la temporada de calor intenso se extenderá hasta octubre, así que, querido chilango, en estos meses de vida de oficina estaremos expuestos a las enfermedades por temporada de calor, así que aquí te van unos consejos para cuidarte.

Reduce tu exposición al sol entre las 11:00 y las 15:00 y sé precavido hasta las 18:00, pues en esos periodos el calor es mas intenso y la radiación es más alta. Si sales a comer en esos horarios, no se te olvide ponerte bloqueador solar y sacar tus lentes oscuros con filtro UV para proteger tus ojos.

Enfermedades por temporada de calor

Foto: Cuartoscuro

Viste ropa ligera y con colores claros, mantente en lugares frescos y, si tu trabajo te obliga a andar en la calle, bebe agua cada media hora y toma ligeros descansos.

Ventila tu auto antes de subirte, abre las ventanas de tu oficina; si vas a poner el aire acondicionado, que no sea muy frío, pues los cambios bruscos de temperatura te pueden traer la tan odiada «gripe de calor», esa en la que nadie sabe si quitarse o ponerse el suéter.

También se recomienda comer lo menos posible en la calle, pues, de acuerdo con la Secretaría de Salud de la CDMX, un alimento que está por encima de los 15 grados –temperatura  común en la vía pública– puede estar colonizado por bacterias causantes de diarreas, salmonella, tifoidea y cólera.

Acuérdate de lavarte las manos tras usar el transporte público, antes de preparar alimentos y de comer, y después de ir al baño, de estar en contacto con algún animal y de sacar la basura.

La hidratación y caminar por la sombrita son importantes para evitar la insolación. Bebe mucha agua natural y, en caso de estar expuesto al calor, puedes recurrir al suero oral que regalan en los centros de salud.

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Si sientes mareos, náuseas, calambres, un estado de confusión o tu temperatura es mayor a los 39 grados, acude al médico de inmediato, ya que un golpe de calor puede tener consecuencias mortales, sobre todo en niños y adultos mayores.

¿Qué hacer con los alimentos?

El agua para beber debe ser potable y algunos métodos caseros son hervirla por 15 minutos o desinfectarla con dos gotas de plata coloidal por litro y conservarla en recipientes limpios y tapados.

Para evitar contraer enfermedades por temporada de calor, no olvides lavar y desinfectar frutas y verduras, primero con agua y jabón y después con yodo, plata coloidal siguiendo las instrucciones del fabricante o, en caso de usar cloro, remojarlas por 10 minutos en una solución de 10 gotas por cada litro de agua.

Para evitar que carne, pollo, pescado, queso y leche se descompongan y se contaminen, refrigéralos a 7 grados y si los alimentos están crudos, no los pongas en la misma repisa o encima de los que ya estén cocidos o listos para comer.

Si metiste tu comida al congelador para que te durara un poco más, pero te cayeron visitas y vas a consumirla, las mejores maneras de descongelarla son bajar el producto al refrigerador, ponerlo a cocer o meterlo al microondas, evitando  siempre dejarlo a temperatura ambiente, pues corre el riesgo de descomponerse, recomienda la Agencia de Protección Sanitaria.