El proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) no termina de despegar. Aunque fue anunciado como el plan más ambicioso del presidente Enrique Peña Nieto en septiembre de 2014, desde la campaña de Andrés Manuel López Obrador empezó a tambalear luego que declarara que lo cancelaría de llegar a Los Pinos.

Mientras López Obrador realiza un análisis con expertos y una consulta ciudadana para decidir continuar con la obra o construir dos pistas en la base aérea de Santa Lucía, Peña aprovechó la entrega de su sexto y último Informe de Gobierno para expresar que confía que el NAIM iniciará operaciones en la próxima administración del tabasqueño.

Entre que sí y que no, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) analizó el proyecto del NAIM y, aunque señaló que es la mejor opción de las dos propuestas, destacó que hay riesgos de corrupción en los procesos de contratación.

En cuestión de obra pública, la corrupción no solo se ve en el resultado de una licitación pública para favorecer a un competidor a cambio de un pago extraordinario o “mordida”, existen prácticas corruptas que se pueden presentar en todo el proceso: desde la planeación de la obra, en la evaluación de las propuestas, durante la ejecución de los contratos y hasta su entrega.

Riesgos de corrupción en el nuevo aeropuerto

El instituto analizó 274 contratos y 46 convenios que se encontraban disponibles hasta el 1 de abril de 2018, identificando que 58 contratos (el 90% del presupuesto) se adjudicó a través de licitación pública mientras que 157 (3%) se asignaron por adjudicación directa.

El IMCO encontró que sólo 19% de los procedimientos que no se asignaron mediante licitación pública cuenta con una justificación legal adecuada.

Además, 29% de los procedimientos de compra pública carecen de verdadera competencia, incluso, podría haber casos de simulación ya que 24 competidores tuvieron menos de 10 días para entregar su propuesta y otros 25 contaron con menos de cuatro días

En tanto, aunque el 95% de los contratos firmados fueron iguales o menores al presupuesto originalmente asignado, once contratos –que representan el 5%– sí superan dicha estimación, incluso, un contrato tuvo un sobrecosto de 641% al pasar de un importe de 770,000 pesos a firmar por 493 millones 916 mil 475 pesos.

Por ejemplo, la empresa Ingeniería y Procesamiento Electrónico SA de CV recibió en la adjudicación directa AD-SRO-DCAGI-SC-003/16, un contrato por 7 millones 680 mil pesos por supervisar la construcción del drenaje pero el monto se incrementó sin la autorización de la SFP hasta los 14 millones 670 mil pesos, un alza del 91%, de acuerdo con Animal Político.

El instituto recomienda que la diferencia de los montos sean revisados por autoridades competentes, ya que puede deberse a una mala planeación pero si hay otros motivos deberán sustentarse.

También el IMCO detectó que se entregaron contratos a empresas del mismo grupo o filiales, lo que no favorece la competencia económica.

Checa: Habrá consulta para decidir el futuro del nuevo aeropuerto

El instituto exhorta a mejorar la investigación de las empresas participantes, debido a que identificó a una con malos antecedentes y a pesar que tiene años de experiencia, aparece como de reciente creación al registrarse como consorcio.

SACYR EPCCOR NAICM, S.A.P.I. DE C.V. está conformada por la empresa EPCCOR, la cual participó en la construcción de la ampliación del Paso Exprés de Cuernavaca, donde se formó un socavón que provocó la muerte de dos personas el 12 de julio de 2017, y por la empresa española SACYR, que está ligada a escándalos de corrupción.

¿Por qué necesitamos un nuevo aeropuerto?

El Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México opera ya con una saturación y la demanda continúa incrementándose. Aunque tiene una capacidad anual de 32 millones de pasajeros y 365 mil operaciones, en 2017 dio servicio a 44 millones de pasajeros en el año y 449 mil operaciones.

La construcción del nuevo aeropuerto abarcará 5 mil hectáreas, siendo uno de los más grandes del mundo, el segundo más grande en construcción después de Ankara, Turquía.

Llegará a tener seis pistas, tres en operaciones simultáneas y tres en mantenimiento rotativo, y dos terminales de pasajeros. Tendrá una capacidad inicial para 70 millones de pasajeros y llegará a atender hasta 125 millones de pasajeros por año.

¿Cuál es el problema?

Andrés Manuel López Obrador criticó los altos costos contra los beneficios y daños que el nuevo aeropuerto dejaría.

El costo de la obra se elevó de 169,000 millones de pesos presupuestado en 2014 a 285,000 millones de pesos.

En agosto pasado, el Secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, justificó el alza de 68% en el costo de la construcción debido a la depreciación del peso ante el dólar y el aumento del precio en los materiales. Sin embargo, aseguró que el precio del NAIM se mantiene en 13,300 millones de dólares, como originalmente se presupuestó.

https://twitter.com/gruizesp/status/1032305909563678720

Otras de las críticas que ha recibido el proyecto es por el terreno donde se construye, ya que forma parte del ex Lago de Texcoco y actualmente es una zona pantanosa. Además que en dicha ubicación actualmente no existe cobertura de transporte público masivo.

¿Hundimiento controlado?

El Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México asegura que el problema del hundimiento se contempló desde el inicio del proyecto y está resuelto a través de drenaje, colocación de capas de tezontle y basalto para lograr que un hundimiento natural de 10 años se hiciera con control humano en 8 meses.

De acuerdo con el IMCO, se desconoce si dicha obra de ingeniería en el nuevo aeropuerto será suficiente para prevenir el hundimiento y las inundaciones.

También puedes leer: Los pros y contras del nuevo aeropuerto, según el equipo de AMLO

Los análisis de geotecnia y salinidad realizados en 2011 por el Instituto de Ingeniería de la UNAM, así como resultados del estudio topográfico y de exploración de subsuelo del IPN y la empresa Geotec, concluyeron que el sitio registra una tasa de hundimiento de 12 a 16 centímetros anuales en el norte del sitio y de 16 a 22 centímetros en el sur.

Descartan Santa Lucía

López Obrador propone mantener el actual aeropuerto Benito Juárez y se complemente su operación con dos nuevas pistas en la base militar de Santa Lucía, Estado de México.

A petición del presidente electo, el Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM) analizó los proyectos y concluyó que Santa Lucía representa alto riesgo en cuanto a costo, tiempo y desempeño.

Según el documento del IMCO es “virtualmente imposible” que Santa Lucía absorba el tráfico aéreo para resolver el problema de saturación de las dos terminales actuales del AICM.

En tanto, el estudio realizado en 2015 de MITRE indica que no es una solución viable a largo plazo debido a la interferencia aeroespacial y procedimientos que limitan la capacidad de tráfico aéreo entre el actual aeropuerto y Santa Lucía.

Su funcionamiento implicaría un “innecesario incremento en los riesgos de seguridad aérea, ya que se tendría que operar bajo un esquema de semáforos aéreos lo cual causaría demoras y problemas operativos que evitarían que se pueda cubrir la demanda aérea”.

Además, para la toma de posesión de Andrés Manuel López Obrador se tendrá licitado el 90% del valor del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México y se contempla que estará casi completa la cimentación del suelo y las pistas 2 y 3.

El propio equipo técnico de López Obrador, señaló que la cancelación en el Lago de Texcoco costaría 100 mil millones de pesos, 60 mmdp por las obras ya realizadas y 40 mmdp por gastos de contratos ya firmados.

Incluso, el director de construcción del NAIM, Raúl González Apaolaza, declaró a El Universal que la construcción de dicha terminal alterna se retrasaría dos años para hacer todos los estudios previos necesarios.