Este texto forma parte de una serie de contenidos sobre el agua en la Ciudad de México, los cuales son realizados por Isla Urbana con el apoyo de Oxfam México.

Cuando los habitantes de la CDMX pensamos en “bosque”, nuestra mente se transporta a alguna zona fuera de la urbe. Y cuando pensamos en agua potable nos viene directamente a la mente un garrafón de plástico, una llave por la que sale o una botella de PET. Pero, ¿qué relación existe entre estos tres elementos tan aparentemente disímiles entre sí “bosque, CDMX y agua”? Mucho más de lo que nos podemos imaginar.

Foto: Tomada de El bosque de agua

Sabemos que la capital del país era antes un inmenso Valle lleno de lagos que en algún momento se volvieron ríos y más tarde aguas negras entubadas. También sabemos que los más de 22 millones de personas que habitamos actualmente este espacio consumimos agua para nuestra vida cotidiana, de hecho se habla de que nuestro consumo de agua per cápita es uno de los más altos a nivel mundial: 300 litros al día, según datos oficiales. Resulta difícil imaginar las dimensiones de agua que se necesitan para cubrir la necesidad de agua de tal cantidad de gente.

Como bien se sabe, del 100% del agua que se utiliza en la ciudad, el 70% se extrae del acuífero del Valle de México y el 30% se bombea a través del Sistema Lerma-Cutzamala, ya una vez en la red de distribución de agua potable perdemos el 40% en fugas, una verdadera locura y despilfarro de recursos naturales y económicos.

Pero regresando al tema de las fuentes de extracción de agua para la ciudad, sabemos que el acuífero es nuestro principal punto de abasto, se especula que de hecho lo estamos sobreexplotando a un 200% —aunque, de hecho, hay quienes hablan de cifras más altas, lo que queda claro es que no se sabe a ciencia cierta, lo cual resulta también una verdadera falta de conocimiento del estado de la cuestión, un elemento básico para saber de dónde se parte para dar solución—, es decir, que por cada dos litros que extraemos, únicamente reingresa un litro, algo que, resulta sencillo deducir, no es para nada sostenible.

Pero vayamos aún más a la raíz del tema y hagámonos un par de preguntas clave: ¿qué pasaría si, en lugar de ingresar un litro al acuífero, ingresaran cero litros? Y la siguiente: ¿cómo y a través de dónde ingresa el agua a este contenedor gigante del que sacamos nuestra preciada agua? Es aquí donde resulta pertinente y urgente hablar del poco conocido, e imprescindible para nuestra subsistencia, Bosque de Agua.

El Bosque de Agua, como ha sido bautizado de manera acertada, es una de las zonas boscosas con mayor megadiversidad en flora y fauna del país, la cual recorre desde el Tepozteco, la Sierra del Chichinautzin, las Lagunas de Zempoala, Ajusco, Desierto de los Leones y la Sierra de las Cruces. Esta extensión conformada por zonas de árboles y pastizales, cuenta con 235,000 hectáreas de superficie, las cuales se encuentran amenazadas por tres ciudades que no paran de crecer: Cuernavaca, Ciudad de México y Toluca.

Foto: Tomada de El bosque de agua

¿Pero en qué se relaciona este espacio con el agua que consumimos en la CDMX? La lluvia que cae en esta área natural que se infiltra el agua a los mantos freáticos y más adelante, como ya se mencionó, al acuífero del que extraemos el 70% de nuestro consumo cotidiano. Es decir, imaginemos que el agua de la ciudad, como en muchas de nuestras casas, se guarda en una cisterna, en el caso de la urbe es el acuífero, y como toda cisterna se llena a través de una fuente externa, en el caso de una vivienda podría ser la red de agua potable o una pipa de agua que vierte el líquido en el contendor.

Ahora imaginemos que a dicho contendor le vamos construyendo poco a poco una tapa impermeable que comienza a impedir el acceso del agua para su refill, ahora pensemos que esto es lo que sucede con el crecimiento de la mancha urbana y la construcción de viviendas y pavimentación en estas zonas boscosas las cuales se han visto reducidas en un 40% en los últimos 30 años.

Foto: Tomada de El bosque de agua

En términos de supervivencia, como debemos comenzar a pensar el tema del abasto de agua en la ciudad, tenemos que considerar la deforestación, el uso de agroquímicos y la urbanización en la zona del Bosque de Agua, como una auto condena del día cero en el que nos quedaremos sin agua.

El video que presentamos en esta entrega de Historias de Agua El Bosque de Agua. ¿Qué es y por qué te importa? habla de la gran importancia que tiene el bosque para desarrollar nuestra vida diaria, un espacio vital y hermoso del que poco sabemos y que mucho menos visitamos, tenemos que cambiar eso, darlo a conocer, presentárselo a la ciudadanía para que valore lo que tiene, y de paso propiciar que salgamos a conocerlo para respirar aire fresco y estar en contacto con la naturaleza que tanta falta nos hace.

Aquí puedes ver El Bosque de Agua. ¿Qué es y por qué te importa?:

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