La escritora mexicana, oriunda de Zacatecas y considerada una de las escritoras de literatura fantástica y de terror más importantes en México y Latinoamérica, Amparo Dávila, falleció este sábado 18 de abril a los 92, según anunció su hija Luisa Coronel y confirmó la Secretaría de Cultura.

“Sigo escribiendo —declaró la autora hace dos años, durante los festejos por su cumpleaños 90—. Quiero publicar poemas chiquitos, poemas de ayer y de hoy, luego semblanzas, de Pinos, Zacatecas, otra la semblanza de mi muerte”.

Un fragmento de La semblanza de mi muerte, escrita por la cuentista, fue compartido por la Coordinación Nacional de Literatura: “Que no muerta un día nublado ni frío de invierno, y me vaya tiritando de frío y de miedo ante lo desconocido, ese mundo de sombras. No, así no. Sin rostro que camina siempre a mi lado o que me aguarda al doblar la esquina. Y ese misterio insondable que no logramos develar y que angustia y perturba la existencia. Quiero irme un día soleado de una primavera reverdecida llena de brotes y de pájaros y de flores, para buscar mi jardín del Edén, mi paraíso perdido y gozar de los frutos de la vida y de la higuera, el perfume de los cerezos y los naranjos en flor, el calor del sol que no se oculta nunca”.

Amparo Dávila se considera precursora de la literatura fantástica y de terror en nuestro país; aunque también fue poeta. De poesía publicó Salmos bajo la luna (1950), Meditaciones a la orilla del sueño (1954) y Perfil de soledades (1954). En cuento publicó Tiempo destrozado (1959), Música concreta (1964), Árboles petrificados (1977) y Muerte en el bosque (1985). Además, fue ganadora del Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores por Árboles petrificados, en 1977, y de la Medalla Bellas Artes 2015.