Cuando se habla de hype, es imposible evitar relacionar el significado de esa palabra con The Strokes y es que en 2001, con el lanzamiento de su disco debut Is This It? recibieron tanta atención mediática que los robots de Daft Punk se sonrojarían.

Ellos fueron las primeras grandes víctimas de esta plaga del nuevo siglo en que la publicidad se encarga de vender la idea de una banda más allá de la música. Y es que cuando la prensa decide nombrar como ‘los salvadores del rock and roll’ a un grupo de 5 neoyorquinos es normal que las expectativas sean enormes y las decepciones fatales.

La primera vez que escuché The Strokes tenía, apenas 11 años. Recuerdo que más que ponerle atención a su música, me fijé en su estética: converse, chamarras de piel y cabello cuidadosamente despeinado. Pero lo que más llamo mi atención fue la actitud despreocupada y arrogante de Julian Casablancas. Quizá fue la ingenuidad propia de mi edad, o que fui víctima del hype, pero pensé que así es como se tenía que ver una verdadera banda de rock. Resaltaban del resto de la programación de MTV donde, confieso, los conocí. Y no era para menos.

Aún antes de realmente conocer su música, había escuchado muchísimos comentarios en la radio y leído algunos artículos sobre ellos. Algunos me parecían muy osados, aún a mi corta edad. “The Strokes son la mejor banda desde los Rolling Stones”. Por supuesto que cualquier novato –como yo- caería en la trampa y compraría la idea de tener nuevos ídolos a la altura de los reyes del rock.

Hoy, 12 años después, aquél grupo oriundo de Nueva York ha quedado muy lejos del estigma que los nombraba salvadores del rock. El hype se los comió y ahora, a pesar del lanzamiento de su cuarta entrega de estudio Comedown Machine, los supuestos sucesores de The Velvet Undergorund no tienen gira, ni planes de ella. Ni presentaciones. Nada. Incluso Albert Hammond jr, guitarrista de la banda, anunció que retomaría su proyecto solista, lo cual significa una cosa: este podría ser el final de The Strokes.

Pero, ¿en qué momento perdieron su encanto? ¿Quién sustituirá el lugar que alguna vez llenaron y ahora les queda demasiado grande? ¿Cómo será la vida después de The Strokes?

NACIMIENTO

La historia comienza cuando Julian Casablancas es enviado a una academia llamada L’Institut Le Rosey en Suiza. Lejos de casa y en medio de un gran choque cultural, conoció a Albert Hammond jr, quien años más tarde sería el guitarrista de la banda más grande de la primera década del nuevo siglo. Tras dos años de pesadilla, Casablancas regresó a Nueva York para asistir al colegio Dwight School en Manhattan. Esa fue la época en que empezó a darle importancia a la música de The Velvet Underground, The Stooges y Television. También fue cuando conoció a Nick Valensi y su amigo Fab Moretti y posteriormente a Nikolai Fraiture.

Julian, Fab, Nikolai y Nick decidieron hacer una banda. Su primera presentación se llevó a cabo en 1996 frente a quince chicas. Sin embargo no fue hasta que en 1998 Albert Hammond jr se unió a la agrupación que las cosas empezaron a tomarse en serio. Pasaron seis meses encerrados en un estudio hasta que el 14 de septiembre de1999 se presentaron se presentaron en el club Spiral, de Manhattan antes un 6 personas. A partir de ahí, el éxito los cobijó durante sus primeros años.

Fue en 2001 cuando el Is This It? debutó. Y con ese disco, The Strokes lograron ser el centro de atención de todos los medios y los fanáticos del rock. La verdad es que el disco es uno de los trabajos más geniales en la historia de la música. Cada una de las 11 canciones que lo componen es perfecta. No sobra ni falta nada. El sonido es agresivo con melodías que suenan a algo que ya conocemos, pero nos captura desde el primer instante. El post-punk nunca fue tan cool.

Quizá no sea un disco ‘genial’ y los Strokes no son grandes músicos, pero tampoco lo pretendían. Eran una banda de rock y ya. No necesitaban de adornos electrónicos, ni secuencias digitales para hacer música. Eran ellos, sus guitarras y una arrogancia palpable. Aunque, cuando la gente piensa que eres ‘el futuro del rock’ cualquiera correría el peligro de creérsela y empezar a tomárselo en serio.

El éxito del primer material de estudio de Casablancas y compañía fue enorme. Todas las revistas hablaban de ellos, de su música y la forma en que se vestían. No flaqueaban en ningún terreno. Más aun, hubo una gran oleada de bandas en las que el ‘The’ precedía su nombre y su sonido imitaba el logrado por las guitarras de Albert Hammond jr y Nick Valensi en completa armonía con el bajo de Nikolai. Incluso, la banda de punk rock, Sum 41 parodia esta tendencia en un video en que imitan el set de ‘Last Nite’.

Definitivamente abrieron la puerta a una nueva forma de hacer, componer, interpretar y vender música. El lanzamiento de Is This It? fue el acontecimiento más importante de la década pasada, musicalmente hablando.

CRECIMIENTO

Con la atención de todos los medios alrededor del mundo sobre ellos, la presión del segundo disco era enorme. Si fracasaban serían olvidados rápidamente, pero si lograban superar su primer trabajo, sorprenderían al mundo y lograrían el derecho de autonomizarse como ‘el futuro de la música’. Sin embargo, con el lanzamiento del Room On Fire en 2003, no lograron superar su primer trabajo, pero lograron mantener su lugar en la industria y las listas de popularidad. Sencillos como ’12:51’ y ‘Reptilia’ hicieron que los rostros de la banda fueran internacionalmente reconocidos al mantenerse siempre en los primeros lugares del top. Sin embargo, el sonido de la banda ya no nos emocionaba.

El problema fue que Room On Fire sonaba a una simple secuela del Is This it?. Así que el eterno debate de grandeza/desprecio a The Strokes empezó a tomar un camino distinto. Ya nadie estaba seguro si serían ‘los salvadores del rock’ o la encarnación de ‘todo lo que está mal con la música hoy en día’. Las comparaciones con las bandas que les sirvieron de inspiración dejaron de ser tan nombradas. Seguramente a causa de que Talking Heads y Television tuvieron algo que a The Strokes les faltó: creatividad. Y aunque la crítica despreció el segundo disco de la banda, éste fue muy bien recibido por sus seguidores y ganaron muchos más al ser transmitidos continuamente en MTV.

En 2006 fue lanzado First Impressions Of Earth, el tercer disco de larga duración de la banda. Una gran paso en cuanto a calidad de composición. El bajo de Nikolai y la batería de Moretti hacen una mancuerna excelente.

En rolas como ‘Juicebox’ el dúo es verdaderamente genial. Mientras que las guitarras de Valensi y Hammond jr, empiezan a experimentar con nuevos ritmos y melodías distintas. Casablancas mantiene el mismo estilo desde el 2001 y así, el disco logra obtener éxito. Ese año tocaron 18 conciertos completamente sold out en su gira por el Reino Unido. Se presentaron en programas de televisión y llegaron a estar en los charts del mundo.

Empiezan a perder algo de popularidad entre la crítica, pero todavía mantienen la esperanza de buena música para sus futuros trabajos. ‘Heart in a Cage’por momentos recuerda a ‘The Passenger’ de Iggy Pop y Red Light’ son piezas que todavía esbozan la promesa del primer disco. Su tercer disco resultó mucho mejor que el segundo.

Lamentablemente, a pesar del gran éxito de su gira y la venta del disco, la banda decidió separarse momentáneamente en 2007 para que los integrantes trabajaran a parte en sus materiales propios.

Albert Hammond jr, regresó con la banda que sacó dos discos de larga duración, verdaderamente buenos y poco valorados. Julian Casablancas lanzó el álbum Phrazes for The Young que obtuvo un éxito mediano, pero que mostró un lado de Julián Casablancas más abierto a nuevos sonidos. Empezó a utlizar secuencias y herramientas lejos de la vieja escuela. Nikolai Fraiture y Fab Moretti hicieron lo propio conNickel Eye y Little Joy respectivamente.

En algún punto, pudimos pensar que esta pausa era benéfica, todos sus miembros – a excepción de Nick Valensi- exploraron sus inquietudes y cumplieron sus caprichos muy a parte de The Strokes. Esto podría haber resultado en un gran elemento para la gran banda del nuevo siglo que podía darse el lujo de desaparecer momentáneamente de la escena mundial.

CAÍDA

En 2011, a diez años de estar en la cima, lanzaron su cuarto material de estudio Angles. En cuyo primer video ‘Undercover of Darkness‘ vimos cómo la banda regresó de la muerta tras el trágico video para ‘You Only Live Once‘ donde morían ahogados. El sonido del sencillo era genial, recordaba al Is This It? pero incluía nuevos elementos interesantísimos. La dupla Hammond – Valensi estaba en su esplendor.

La banda sonaba muy bien, excepto por Casablancas que por momentos no armonizaba con el trabajo del resto de los integrantes. Quizá sea el hecho de que decidió estar ausente durante la grabación del material y mandó su parte vía digital, o tal vez Casablancas ya no estaba tan interesado en su banda.

Sea cual sea la razón, el regreso de The Strokes a la escena musical fue mediocre. Se esperaba mucho y, por primera vez en 10 años realmente nos decepcionaron. A excepción de ‘Undercover Of Darkness‘ el resto de los tracks estaban bastante alejados de la esencia de la banda y, honestamente carecían de valor musical.

Gratisfactiom‘ es, quizá el mejor track del disco. Nos recuerda el por qué la devoción a The Strokes y por qué sus giras itnernacionales siempre se agotaban.

Este año lanzaron el ‘Comedown Machine‘ un disco en que escuchamos a 5 amigos intentando regresar al buen camino de la música, pero su esfuerzo se nota corto. No lograron impactar. A diez años del Room On Fire su nuevo material es un esbozo de lo que pudieron ser. Ya no veremos sus caras en MTV, principalmente porque en MTV ya no pasan videos y porque The Strokes se sienten, de cierta forma, anticuados, viejos y hasta forzados. Lo cual, evidentemente nos remite al disco debut y la gran promesa de rescatar el rock. La pregunta es inminente ¿Esto es todo? Lamentablemente, sí.

Con este material no hay gira mundial, ni récords rotos. Es el disco de una banda que alguna vez estuvo en la cima, que fueron la gran promesa del rock, estaban en el camino perfecto y, al separarse, dejaron que el fuego se apagara y se quedaron en eso, una promesa.

Ahora debemos esperar a la próxima gran banda. Un grupo que logre llenar el vacío que dejaron los Strokes. La vida después de los Strokes será aburrida, sin lugar a duda. Hasta que alguien más se atreva a escribir otra gran historia.