Aún recuerdo la Nochebuena del 2001, llegué junto a mis papás a casa de mi abuela y, mientras el resto de mi familia llegaba para la cena, yo me había apoderado del estéreo; puse “Chop Suey” porque, a mis escasos 13 años, esa canción me tenía completamente poseído y quería que los demás sintieran lo mismo (ja). Obviamente, la reacción no fue ni cercanamente parecida, mi madre me vio con una cara de completo desconcierto y los demás ni le prestaron atención por las prisas de preparar todo.

Ese es el primer recuerdo que tengo de System Of A Down, pues no recuerdo cuando fue la primera vez que los escuché.

14 años después, más de la mitad de mi edad, esa canción que tanto recuerdo, se convirtió en un himno que cantamos más de 20,000 personas en el Palacio de los Deportes. Desde el “wake up…” hasta el “…when angels deserve to die” el Domo de Cobre fue la locura y en lo personal, nunca había escuchado algo tan inmenso en este venue.

La banda originaria de Los Ángeles, volvió al Palacio después de varios años de ausencia, lo cual fue evidente, pues este show fue sold out y la pista era una sopa gigante de personas que brincaban, se movían de un lado hacia el otro y levantaban los puños.

Para calentar motores, la banda chihuahuense Apolo subió al escenario, y lo hizo bastante bien, logrando la atención de muchos de los presentes. Cabe mencionar que ellos le abrieron a los Foo Fighters, y en ambas ocasiones, fueron elegidos por las propias bandas.

El concierto de System comenzó cerca de las 9:30 con “I-E-A-I-A-I-O” y continuó con “Suite Pee” pegada a “Attack”, la canción que abre su último disco (lanzado ya hace 10 años). Siguieron “Prison” y “Aerials”, la cual fue el primer gran momento de la noche.

El escenario no fue nada del otro mundo, pero tuvo lo suficiente para hacer lucir a la banda que hace el trabajo de ser espectacular ella misma, como quedó demostrado con “BYOB”, “Radio/Video” y “Atwa”.

Después de un primer bloque que incluyó los éxitos antes mencionados, la parte intermedia del setlist tuvo canciones “menos conocidas”, mismos que bajaron un poco el frenesí y permitieron contemplar a la banda desde un punto de vista más calmado.

El “bloque final” comenzó con “Chop Suey”, y como ya lo dije, y más allá de ser el éxito más grande de la banda, fue el mejor momento del concierto, todo un himno.

“Lonely Day” , “Question”, “Forest” y “Cigaro”, fueron de las que siguieron, justo antes del otro gran momento del show: “Toxicity”, en la cual todos dejamos lo poco que nos quedaba de cuello después de tanto mover la cabeza de un lado a otro.

Finalmente el concierto terminó con “Sugar”, y después de varios minutos despidiéndose y saludando a los fans de las primeras filas, la banda se fue.

Un dato curioso, es que jamás había visto a una banda que no tuviera el clásico encore, System se aventó 29 canciones en poco más de hora y media; llegaron a “romperla” en el Palacio, y una vez más así lo hicieron.

Definitivamente, este fue los mejores conciertos del año.