Las manos de Tony Levin son prodigiosas, pocos pueden dominar un instrumento con posibilidades infinitas y reelaborar cada sonido con una belleza incomparable.

Su habilidad y pericia lo han llevado a tocar con Pink Floyd y King Crimson, es un prodigio del ‘Stick’ y su talento siempre ha sido aplaudido por leyendas como Frank Zappa o Robert Fripp.¡Sí! También es un monstruo de la música, sólo con menos fama que otras leyendas pero su legado es similar.

Patt Mastelotto y Marcus Reuter tampoco carecen de talento, al contrario, junto a Levin forman el Stick Men, proyecto que reúne a tres leyendas del progresivo y ante la ausencia de King Crimson en la capirucha por más de una década, la visita de ellos es mejor que nada.

Son parte de una etapa ávida del ‘Rey Carmesí’ para el deleite de los chilangos. Bien dicen que la escuela antaña del rock es seguida por personajes ídem.Decenas de cabezas entrecanas, y algunos eran acompañados por sus crías, chamarras de cuero y playeras con la portada del 21st Century Schizod Man dominaban el panorama.

“Ahora vas a escuchar verdadera música, no tus grupitos esos de disque rock que hasta les perfuman las manos para tocar”, reprendía un padre a su hijo.Vroom Vroom empezó con sonidos pesados, era el recuerdo de King Crimson, todos lo ovacionaron.

Es raro escuchar a Mr. Levin cantar, “Crack In The Sky” mostró su aguardientosa voz. Pero “Big Dog” reveló que sus cuerdas bucales están sanas.“Breathless” y “Firebird” fueron casi improvisaciones de la vieja escuela del progresivo, todos se levantaron y una ovación se dejó sentir.

“Lark’s Tongue in Aspic Part II” dejó entrever que todos quieren ver a King Crimson de vuelta en la capital.Maestros, Levin y Mastelotto saben que regresarán, un público poco nutrido pero fiel los estará esperando.