Roger Waters vio cuatro horas antes de iniciar su concierto una horda de fieles seguidores, los saludó y les prometió una presentación histórica, única, algo que nunca había experimentado el centro de la CDMX ¡No decepcionó!

Desde 24 horas antes había banda formada para ser los primeros en las rejas de la primera sección, la que inasequible para el chilango con sueldo mínimo o hasta promedio.
Al igual que en los dos conciertos del Foro Sol, “Speak To Me” y “Breathe” resaltaron la magia del Dark Side Of The Moon. La espera de 24 horas de fans que acamparon en las inmediaciones del Zócalo fueron recompensadas con un saludo del bajista.

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Tláloc no perdonó y la lluvia comenzó a caer, nadie corrió, inmóviles —quizá por el mínimo espacio entre un cuerpo y otro— escuchaban los mas de 170 mil fanáticos a “Rogelio Aguas”.

“Bienvenidos”, así recibió uno de los líderes de Pink Floyd a la multitud.
La imagen de Syd Barret en “Set The Controls For The Heart Of The Sun” fue coreada, seguida por “One Of These Days”. Era un set casi idéntico a los que ofreció en el Foro Sol.

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(Cuartoscuro)

“Time” y “Breathe” (Reprise) terminaron la primera sesión. La lluvia se transformó en llovizna y el homenaje al Diamante Loco comenzó. El disco de Wish You Were Here fue tocado a la perfección, la rola homónima soltó lágrimas en algunos ojos.

La “Battersea Power Station” se recreó, un niño acompañado por su fatigado padre no entendía por qué un pequeño cerdo volaba sobre la termoeléctrica, “Algie” intentaba volar en Pigs (These Different Ones), apenas unos metros arriba comenzó a descender, las leyendas en honor a Ayotzinapa se disolvieron mientras algunos fans empujaban el inflable hacia la parte de escenario. El impacto fue casi nulo a lo que provocó en Ciudad Deportiva tres días antes (¿Habrá sido por los mensajes?).

“Another Brick In The Wall” (Part II), “Mother” y “Run Like Hell” dieron paso a una breve intervención de la obra más famosa de Pink Floyd.