Como un gusto adquirido, la música de King Crimson no entra fácilmente por los oídos e implica atravesar varios filtros de comprensión para adentrarse más allá de su evidente pedantería: es cerebral, intrincada y virtuosa al grado de convertirse en una obra “de músicos para músicos”, en la cual se celebra la técnica y las soluciones extravagantes para salir de sus propios laberintos rítmicos a 5 / 8’s.

No obstante el dejo de amargura, hay que apreciar a King Crimson como una gran rama en el árbol de la música, transversal a casi 50 años de historia, donde convergen grupos clásicos de rock progresivo como Emerson, Lake & Palmer y se despuntan influencias que viven en el ADN de bandas de metal experimental como Tool.

Con Robert Fripp como único constante en el lineup (reconocido como uno de los mejores guitarristas de todos los tiempos), la banda ha hecho un largo viaje que comenzó con el debut In the Court of the Crimson King (1969), sentó las bases del progresivo durante los 70 con siete álbumes de fábula (recomendamos Larks’ Tongues in Aspic, 1973) y evolucionó en los 80 hacia un sonido anudado, polirítmico y antimelódico con Discipline (1981) y Three of a Perfect Pair (1984), para mutar hacia un sonido definitivo de jazz-metal con THRAK (1995).

King Crimson es una logia (por no decir un “Club de Tobby”) por la que han pasado 21 músicos sesudos como el productor de U2 y Caifanes, Adrian Belew, Bill Bruford –baterista de Yes– o el recién fallecido John Wetton, quien también fuera vocalista de Asia. Para el Radical Action Tour y en preparación de su primer álbum después de 14 años, King Crimson se presentará en México con una formación autoproclamada como una “bestia de siete cabezas”, la cual, en una epítome de la hipérbole instrumentista, incluye a tres bateristas.

Ya en sus 71, Fripp no sólo es el miembro vitalicio de la banda. Él es King Crimson, y la leyenda podría terminar en esta gira. Por ello, los cultistas se han desbordado para justificar cinco fechas en el Metropólitan. Finalmente, este gusto adquirido se disfruta mejor en vivo (y frunciendo el ceño con mirada agudizada y mano en barbilla, asintiendo en silencioso headbanging ante cada compás arrítmico).

Tony Levin (71 años). Levin es prestidigitador de un instrumento vertical de 10 cuerdas llamado Chapman Stick. Este prolífico músico ha tocado en conciertos de Pink Floyd, Peter Gabriel, John Lennon, Lou Reed, Laurie Anderson y Tom Waits, ahí namás.

Gavin Harrison (54 años). Baterista de influencia jazzera que también ha sido parte de Porcupine Tree, banda evidentemente influida por King Crimson.

Mel Collins (69 años). Un saxofonista que ha vivido para el rock progresivo al formar parte de Camel y Alan Parsons Project; además, puede presumir haber tocado el sax en “Miss You” de The Rolling Stones en 1978.

Bill Rieflin (56 años). El baterista y tecladista que aportará el lado de ruido industrial a King Crimson, dado su trasfondo como músico en Ministry y Nine Inch Nails. También tocó en R.E.M. tras la partida de Bill Berry en 1997.

Robert Fripp (71 años). Leyenda del rock progresivo, el líder intelectual de King Crimson es un guitarrista sobrio y experimental. En su vitrina de colaboraciones tiene a Brian Eno, David Sylvian, Peter Gabriel y tocó en el Heroes de David Bowie (1977).

Pat Mastelotto (61 años). El baterista americano ha estado asociado a grabaciones de XTC, Sugarcubes, Hall & Oates y Colin Edwin de Porcupine Tree.

Jakko Jakszyk (59 años). El guitarrista inglés es el actual vocalista de King Crimson. Entre sus colaboraciones, ha trabajado junto a Dave Stewart (de Eurythmics) y tocado en Level 42, además de varios proyectos laterales de Fripp.

Teatro Metropólitan, Av. Independencia 90, Centro, vie 14, 20 h, sáb 15, 20 h, dom 16, 19 h, mar 18, 20 h, mié 19, 20 h, $586-$3,354