Jerome David Salinger nació para escribir, no para ser famoso. Consiguió lo que muchos escritores anhelan y puede que nunca les llegue. La inmortalidad le llegó con un solo trabajo, The Catcher in the Rye sería su obra maestra y hasta el día de hoy, se encuentra en las mochilas de muchos adolescentes que apenas descubren que el mundo es mucho más que ver caricaturas, hacer la tarea o lidiar con sus padres.

Sin embargo, Salinger fue una figura reclusa. Su último trabajo fue publicado en 1965, y la última entrevista pública la dio en 1980. El genio prefirió vivir en el anonimato, pero ya era demasiado tarde, su historia ya estaba escrita.

A mí, The Catcher in the Rye me llegó por obligación. Iría en primero o segundo de secundaria cuando entre Pritts, tijeras, sacapuntas, colores y cuadernos, se coló el título del libro de Salinger. Era la lista de útiles necesarios y debía tenerlo para poder cursar inglés. Otro libro más. Aunque siempre disfruté de la lectura, en aquellos tiempos me interesaban más otras cosas, como destruir cuadernos, reírme de cualquier cosa que dijeran los maestros o esconderle los útiles al menos afortunado de la clase, por lo que un libro obligatorio no me emocionaba en lo más mínimo. Además, la portada era aburrida. Blanca, con el título y con un listón de colores en la esquina superior izquierda.

El año escolar llegó a su fin y siquiera toqué el libro. Permaneció impecablemente forrado en mi papelera, sin ningunos dedos que lo maltrataran, o algunos ojos que lo disfrutaran. Mientras guardaba las cosas restantes en bolsas que llevaría a mi casa, me encontré de nuevo con el ejemplar. Al llegar a mi casa, saqué las cosas y las acomodé en mi cuarto. Las vacaciones habían comenzado.

Quién sabe por qué, pero un día comencé a leerlo y la vida me cambiaría. Sé que suena a cliché y súper cursi, pero es la verdad. El libro adecuado en la etapa adecuada y algo mágico se produce. Holden Caulfield era la voz que necesitaba. La ansiedad. La sexualidad. La alienación. La inocencia. Muchos de mis pensamientos estaban ya escritos por Salinger en 1951, y no sólo los míos, millones de jóvenes han pasado por las desventuras de Caulfield a través de los años y la influencia no cesa, es un personaje universal y atemporal. Un símbolo de la adolescencia que ha trascendido generaciones y que, si no lo han leído, les recomiendo que vayan por una edición ahora mismo.

No obstante, además de ese libro, Salinger publicó varias historias cortas y otros libros que también han gozado de gran popularidad entre sus seguidores.

Para conmemorar los 5 años de la muerte de su autor, hicimos un recuento de canciones y bandas inspiradas por el trabajo de J.D. Salinger.

The Cure – “Bananafishbones”

Inspirados en “A Perfect Day for Bananafish”, uno de los mejores y más conocidos cuentos de Salinger, Robert Smith y compañía hicieron este clásico tema.

Belle & Sebastian – “Le pastie de la bourgeoisie”

Además de citar a Kerouac y Judy Blume, Stuart Murdochcierra esta bonita canción con la frase: “Give yourself up to the allure of Catcher in The Rye, the future’s swathed in stars and stripes.”

A_Scissors – “Hey Franny, it’s Zooey”

Un carnal que hace electrónica y no sabemos mucho más, pero el video está cool y es una clara referencia a Franny & Zooey de Salinger, libro del que también, por cierto, salió el nombre de nuestra querida Zooey Deschanel. Les digo que pura cosa bonita sale de la inspiración en Salinger.

Green Day – “Who Wrote Holden Caulfield?”

Los ídolos del happy punk seguramente también se vieron en las redes de Salinger en su adolescencia, y hacen esta pregunta al aire que aparentemente tiene una respuesta sencilla, pero que, si vamos más allá, tiene sentido preguntarse si no es que todos los adolescentes han escrito a Caulfield alguna vez.

Guns N’ Roses – “The Catcher in the Rye”

Si una canción se llama igual que el libro, es más que claro de dónde sacaron la inspiración, ¿no?

https://www.youtube.com/watch?v=f-7XhwncxP8

Indochine – “Des fleurs pour Salinger”

Al parecer, varios ochenteros con sintetizadores querían inmortalizar a Salinger en su obra. A los francese de Indochine les pareció bonito ofrecerle flores y de paso hacer una gran canción para bailar en una noche de sábado.

We Are Scientists – With Love and Squalor

¿Se acuerdan de los We Are Scientists? Prometían para ser la siguiente gran banda del indie, pero se hundieron después de su debut. Quizá se debiera a que ya no siguieron nombrando sus álbumes con algún título de J.D. Salinger, pues su primer material le debe su nombre a “For Esmé—with Love and Squalor”, una pequeña historia publicada en el New Yorker en 1950.

Billy Joel – “We Didn’t Start the Fire”

De regreso a los 80, Billy Joel y el repaso histórico desde el momento de su nacimiento hasta el lanzamiento de la canción incluye en 1951, la publicación de The Catcher in the Rye, indicando la importancia de dicho acontecimiento en su vida, y en la de muchos más.

Old 97’s – “Rollerskate Skinny”

La banda de country formada en Dallas tomó la inspiración de la descripción que Holden hace de su hermana Phoebe: “She’s quite skinny, like me, but nice skinny. Roller-skate skinny. I watched her once from the window when she was crossing over Fifth Avenue to go to the park, and that’s what she is, roller-skate skinny.”

Franny & Zooey

Juan Julio Peña y Victoria Linares son de República Dominicana y hacen un jangle/indie pop tan bonito, que los querrás tener en tu reproductor musical lo antes posible. Canciones cortitas que, seguramente, Holden Caulfield encontraría demasiado cursis y bobas, pero que a nosotros nos parecen el mismo libro encancionado. Un proyecto que vale la pena seguir.

¿Ya leyeron The Catcher in the Rye?