Ya con los ánimos arriba después de la cancelación que el Lunario les hizo hace algunos días, las españolas Hinds ofrecieron un recital de rock garaje en El Imperial, donde su gran energía sobre el escenario bastó para cubrir los problemas de audio que surgieron en la presentación.

Ellas mismas se consideran músicas DIY. Quizá por eso la batería de Amber Grimbergen se apoyaba demasiado en los platillos, la guitarra Ana García Perrote de pronto desafinaba o la voz de Carlotta Cosials se perdía ante el bajo de Ade Martín.

Pero eso es parte del garaje, tener ese sonido sucio y a veces poco armónico. Punto que Hinds tiene a favor en lo que siguen trabajando para perfeccionar su técnica musical.

Sin embargo, la mayoría de los asistentes a su concierto no lo notaron porque estaban demasiado emocionados de ver por primera o segunda vez al cuarteto. Eso o porque ya habían tomado demasiadas cervezas en la hora y media que el grupo los hizo esperar antes de salir a las 11:05 de la noche al escenario.

Pero fuera de eso, las chicas saben desenvolverse en el escenario y dar un show efectivo. Incluso hubo momentos donde recordaban un poco a Kim Deal y a su hermana Kelley en esa gran banda llamada The Breeders. También a sus colegas The Black Lips y en algunos instantes lograron alcanzar riffs parecidos a los de Dan Auerbach de The Black Keys. Así que por buen camino van, sólo que todavía les falta.

Temas como “Warts”, “Easy”, “Bamboo”, “Walking home”, “Fat calmed kiddos” y “Garden” fueron parte del setlist que duró poco más de una hora y que tuvo a las españolas dando cátedra de las lecciones que aprendieron de español chilango como: “Qué chingón estar aquí”, “a huevo”, “qué chido” y demás expresiones que denotan alegría como sólo nosotros sabemos hacerlo.

En un punto, Camila habló con la audiencia sobre la cancelación en el Lunario: «Como saben no pudo ocurrir el concierto donde teníamos planeado. Pero vean el lado bueno, son de los pocos afortunados de ver a Hinds».

Tras muchos gritos de “Te amo”, “cásate conmigo”, “mamacita”, Hinds se despidió de un público en su mayoría juvenil, que estuvo muy entregado en todo momento y que como ellas dijeron, las dejó sorprendidas por el gran recibimiento que les dieron tras su paso por Coachella el fin de semana pasado.

Contra el machismo en el rock

Horas antes de su presentación, Hinds nos compartió parte de las dificultades que han atravesado para avanzar como banda, la falta de apoyo en su país y la todavía predominante idea que el rock es un género para los hombres.

Si bien se consideran feministas, admiten que para que el movimiento avance tanto en la música como en todos los aspectos de la vida de las mujeres, lo primero que debemos hacer, en palabras de la bajista Ade Martín, «es sentirnos fuertes».

La voz del cuarteto, Carlotta Cosials completó esta frase así: «Igual de fuertes que cualquier género. Dejar atrás esa idea de que eres menos, porque si empiezas con eso, también lo haces con el odio. Entonces odias al hombre. Y no tienes por qué hacerlo, porque no están por encima de ti. No hay género, no hay diferencia. No debería haberlo nunca. El feminismo es igualdad».

Cosials, una de las integrantes originales de la agrupación, nos dijo que recordar su situación en 2011 cuando comenzaron a tocar y compararla con la actual, les ha dado sabiduría: «No sólo estaba el problema de la crisis [en España], sino que la gente y me refiero al público, no creía que un grupo de mujeres pudiera tocar el garaje. Y sus comentarios ni siquiera tenían que ver con la música, se iban a lo banal. A cosas como “es que son demasiado bonitas” o lo opuesto “es que no son nada guapas. No había una crítica constructiva».

Para su fortuna, la escena musical donde se desenvolvieron no pensó lo mismo: «Promotores, disqueras o caza talentos fueron los que nos dieron la oportunidad. Por ellos viajamos, llevamos nuestra música a otros lados y así crecimos. De ese lado jamás sentimos que hubiera discriminación, sino todo lo contrario, un gusto porque se tratara de un grupo de chicas que hacía las cosas tan bien como los chicos».

El año pasado salió el primer álbum Leave me alone, pero esta espera de cinco años no se debió a que no se les diera la oportunidad de grabar, sino como explica Carlotta fue un proceso de búsqueda tanto musical como espiritual: «Valió la pena utilizar todo el tiempo antes de entrar de lleno al estudio para tocar. Ensayamos, nos compenetramos, viajamos mucho; fue un proceso largo pero que culminó donde debía. E hizo más sencillo que ahora ya tengamos listo el nuevo disco, el cual está en la etapa de ser mezclado y no nos llevó tanto tiempo, porque estábamos preparadas”.

Éxito en la última edición de Coachella —de la que aún traen las pulseritas—, amigos en los lugares adecuados como los miembros de Black Lips o The Vaccines y una aceptación en el mundo que se dio de forma rápida, hicieron que las cuatro chicas —literal, porque la mayor tiene 25 años—, dejaran sus estudios para dedicarse por completo a la música, acción de la que no se arrepienten.

«No creo que los retomemos. Tal vez después buscar una nueva carrera, pero lo que estudiábamos ya quedó atrás. Este es el camino que decidimos tomar y lo seguiremos tal como hasta ahora lo hemos hecho».