Los títulos de presentación de Cypress Hill resultan bastante ilustrativos para dimensionar la expectativa de sus seguidores frente al show de este viernes en el Pepsi Center: “los primeros super-estrellas latinos del Hip Hop”, “los primeros artistas de hip hop en colocar dos álbumes en el top 10 del Billboard 200” (el homónimo Cypress Hill y Black Sunday), “los pioneros de la fusión del Hip Hop y el slang latino”, “los pioneros del stoned funk”, por mencionar sólo algunos.

Después de cinco años desde su última visita a México (Sonorama), la mítica banda californiana de Hip Hop –conformada por B-Real, DJ Muggs, Sen Dog y Eric Bobo– regresa con una gira que pasará también por Colombia, algunos países europeos y un par de estados americanos que hasta el día de hoy han sido confirmados en su página oficial.

Sin promoción de nuevo material como banda, el show se antoja para que los Cypress Hill interpreten un set list colmado de éxitos tanto de su vieja escuela (como “How I Could Just Kill a Man”, “Insane In The Brain” y “Boom Biddy Bye Bye”), como de sus últimas producciones discográficas (Tequila Sunrise, Lowrider y [Rap] Superstar, un tanto menos celebrados por la crítica).

No sobra insistir en que los Cypress Hill son una autoridad no sólo en los terrenos del Hip Hop. Sus tendencias iniciales marcaron desde un principio una inclinación bien lograda hacia la fusión, por lo que su público es bastante heterogéneo. Estos alcances con el rock, el reggae, el funk y la música electrónica se han materializado en contribuciones (en banda y en solitario) con artistas como Biohazard, Rage Against The Machine, Slash, Damian Marley, Rusko, Snopp Dogg, Deftones, entre otros tantos.

También conocidos por su activismo protagónico en el tema de la legalización del consumo de marihuana, la banda tiene como tema recurrente en su lírica (y producciones audiovisuales) los efectos sicotrópicos del cannabis. Desde temas evidentes como “Legalize It”, “Roll It Up”, “Light It Up, Smoke It Up” y “Yo quiero fumar mota”, la apología abunda sobre los efectos de apertura (véase de iluminación) en la percepción y los estados de conciencia, así como en la develación sarcástica de lo absurdo del American way of life (Estilo de vida americano).

Pero lo más significativo de esto es que los calificativos que distinguen su música se encuentran estrechamente relacionados con su postura. Con términos como Rolling bass-and-drum loops (como alusión a forjar churros de mota), Intoxicating Loops, Psychedelic Bass Grooves, la categorización del estilo bien podría traducirse como un sofisticado “trance con tumbao mariguanero”, cuyo origen son los barrios marginales del sur de California.

Y en esto último vale la pena detenerse, pues es de subrayarse que Cypress Hill es una de esas bandas que han hecho del flow malandro un producto mainstream que se consume tanto en guetos como en suburbios blancos dentro de los Estados Unidos, sin dejar de lado su éxito alrededor del mundo –quizá con otras circunstancias sociales, pero de igual manera plural.

¿Se van a lanzar?