Pocas cosas como la música para acompañar los festejos de Independencia. Si este 16 de septiembre tu orgullo nacionalista se siente amenazado por otra derrota de la Selección, proponemos un soundtrack para que el espíritu patriótico salga victorioso. No existe mayor catarsis que pegar el grito con estilo. Con estas recomendaciones podremos encender el karaoke y brillar sobre el mic.

1. El hijo del pueblo

¿Canción populista o arranque confesional? Si se busca uno u otro, pocos temas enaltecen tanto la identidad mexa como éste de José Alfredo Jiménez. El orgullo de los orígenes humildes, la sangre indígena, el reniego del cosmopolitismo y el alma expuesta para alimentarse del aplauso. “Yo compongo mis canciones pa que el pueblo me las cante”, dice, adelantándose a Héctor Lavoe. Óyela y no te volverá esa extraña nostalgia de ser novohispano.

2. Amor a la mexicana

Nada se le compara a este clásico de la señora Mottola. Es ideal para interpretarse encima de la barra de una cantina. Una gema inextricable de patriotismo. Sin embargo, no se conoce todavía qué se meten nuestros más ilustres compositores, pues más que nacional parece una pieza cubana: “pura caña” […] “tequila, tabaco y ron”. Sin duda, la primera pieza pop posmexicana, con una ex Timbiriche que vive en Nueva York y que, en el video de la canción, en lugar de lucir un traje típico sale con chaparreras.

3. A qué le tiras cuando sueñas mexicano

Esta rola de Chava Flores nunca pasará de moda. Siempre la tenemos presente, sobre todo cuando nuestra desastrada selección sufre un nuevo descalabro. Si bien no es la primera canción que se le vendría a uno a la mente como símbolo de libertad, después de una cuantas copas emerge como la representante absoluta de cierto rasgo de identidad. Seguramente estaría en una lista de las canciones favoritas del Chepo –el ex dt de la selección nacional–, pero como decía la mamá Clarita de los anuncios de HSBC: ésa es otro top ten.

4. Así se lleva México en la piel

Y ya que andamos con marcas, al menos durante dos años el consorcio de autobuses Estrella Blanca convirtió en su carta de presentación. Para cuando Luis Miguel hizo el cover, miles de pasajeros ya la habían diseccionado. La rola es una víctima fácil de los puntillistas: ¿por qué un sarape de Saltillo y no las momias de Guanajuato? Y pólvora para la indignación feminista: ¿por qué un desayuno de nopales, frijoles y aguacate tiene que prepararlo una mujer? No arraigará en el imaginario, pero lo hará en las ferias de turismo.

5. México

No habrá lugar donde falte esta canción de Timbiriche. Este himno es como la demagogia política: no importa qué tan choteado esté, siempre funciona. Es a la música mexicana lo que Chabelo a la televisión: símbolo de varias generaciones. Quizá algún día esta rola sea olvidada, aunque es poco probable. De lo que sí tenemos duda es de que Chabelo la sobrevivirá. Su carácter didáctico la hace entrañable: cuando éramos niños, algunos de nosotros aprendimos a deletrear con la letra.

6. Por los buenos mexicanos

No todo es corrupción en este país: también se han compuesto grandes canciones. Como esta joya de identidad nacional, con Manzanero, Mijares, César Costa, Emanuelle, et al. El fichaje de casi la totalidad de los cantantes pop de la televisión para cantar la unidad nacional es una de sus mayores virtudes. Su principal defecto es la nula interacción que hay entre ellos. Ana Gabriel, Pedrito, Alicia Villarreal, Los Temerarios y el resto son incapaces de armar una canción coherente. El peor: Alex Lora, quien no puede despegarse de su agenda guadalupana. Conclusión: cada hombre es una isla.

7. Frijolero

Cómo no incluir “Frijolero”, de Molotov, más en estos días que ha desatado una polémica. Por lo contradictorio de la banda. Progres y homófobos a la vez. Aunque estuvimos tentados a sustituirla por “Gimme the power”. “Frijolero” es un aullido antiyanqui que destaca por su compleja estructura y su fina elaboración. Que lo sepan, pinches gringos: estamos hasta la madre de que nos pongan sombrero. Lo de hoy es el copete.

8. A Jorge Negrete

Esta rola de Miguel Aceves Mejía tiene la ventaja de ser dos canciones. Una es “México Lindo y querido”, la otra es un sentido homenaje a Negrete. No importa si el Charro Cantor en realidad se iba de gira a contar los misterios de “las mujeres de un pueblo soberano que lloran de alegría y cantan de dolor”, ni qué hay de cierto en la oración. El mejor resumen musical de la patria y la amistad.

9. La maldición de la Malinche

Lo mejor es servirla como sorpresa a tus amigos incautos, una hora después del grito. Hay muchas versiones, pero ninguna compite con la de Amparo Ochoa, madre del timbre gangoso y justiciero. Entra como crítica a la conquista y termina como denuncia de nuestra complicidad de vendepatrias. Abrace a su amigo y cambie el CD.

10. Pinche Malinche

No podían faltar en este recuento los paladines del aguacate: Botellita de Jerez. Aunque son lopezvelardeanos, salieron de las entrañas de la Historia de México, y a la espera de que algún día se filmara el libro, se despacharon este ricachá ricachá ricachá en clave de rock. La verdadera historia del término malinchista, que según se presume, la escribieron en un Deny’s, comiendo “jam an egs”. Que ya la metan en los libros de texto de primaria.

¿Qué otras rolas agregarías?