Googlele quita 30 segundos al minuto, Facebook se encarga de desarrollar barriosvirtuales para cada tribu que lo solicita y, finalmente, Wikileaks se convierteen el YouPorn de la polí­tica, es decir, un medio en donde la intimidad de losmensajes pornopolí­ticos se diluye en la sociedad transparente.¿Es JulianAssange primo de Lisbeth Salander? ¿Acaso Wikileaks no es la cuarta parte de lasaga de Stieg Larsson?

En pocas palabras, la vulnerabilidad producida por la información es de los pocos bienes democratizados por la globalización.

México comienza a conocer el significado y elimpacto de la información supranacional. Aquellos datos duros que se encuentranfuera del alcance del poder político nacional son vehiculizados por manosanónimas que introducen USBs en alguna computadora situada en cualquier partedel mundo. Esa información toral puede aportar vulnerabilidad, lo mismo a unpolítico que a la nación entera. En pocas palabras, la vulnerabilidad producidapor la información es de los pocos bienes democratizados por la globalización.En México, la información polí­tica siempre habí­a sido traducida por losperiodistas; en particular, se encargaban de interpretar la retórica. Ese veneno verbal con el que lospolíticos impiden que la sociedad conozca la realidad de sus decisiones; lamentira aterciopelada y rociada con un perfume seductor, el lenguaje. Nadiecomo Octavio Paz para leer los ojos del mexicano, personaje que disfrutahablar, relacionarse y convencer, a través de la máscara. La mentira de laactuación forma parte de nuestra cotidiana realidad.

"ciertas zonas del paí­s puedan caer en manos del narco"

El mes pasado, Alejandro Poiré, voceropresidencial en materia de seguridad, parafraseó a Gerónimo Gutiérrez con elobjetivo de desmontar la credibilidad de los reportes escritos por funcionariosde la Fiscalía General de Estados Unidos en relación con el temor que tiene elGobierno mexicano de que "ciertas zonas del país puedan caer en manos delnarco" (El Paí­s, 3 de diciembre de 2010). La reunión entrefuncionarios estadounidenses con el mexicano se llevó a cabo el 5 de octubre de2009, fecha en la que Gerónimo Gutiérrez fungí­a como subsecretario deRelaciones Exteriores. Los matices requeridos para descodificar la informaciónson múltiples. El primero de ellos es que las filtraciones de Wikileaks sobreMéxico no son producto de una estrategia discrecional, es decir, pensar que ladiplomacia estadounidense haya articulado una conjura en contra de su vecino, esinsostenible. La pólvora de Wikileaks, segundo matiz, alcanzó a cubrir 240mil misiles con información enbruto, es decir, sin contexto y, sobre todo, con el muy particular análisiselaborado por funcionarios estadounidenses sobre decenas de paí­ses, cientos de personajes y miles de involucrados. La objetividadde la información puede y debe ser cuestionada debido a la libre interpretaciónutilizada por los redactores, todos ellos, profesionales de la diplomacia yseguridad estadounidenses. Lo que no admite sesgo de duda es la autenticidad delos escritos.

La realidad en internet es mucho másesteticista, vertiginosa y social que la convencional. No es fácil para unpolí­tico enfrentar a la entropí­a informativa. En México, la clase políticaestá acostumbrada a comunicarse entre sí­, a través de Oficios y Tarjetas,objetos barrocos diseñados para comunicar nada. Frentea la opinión pública los polí­ticos esbozan sus comentaros con base en unarigurosa arquitectura cuyo ornamento debe transmitir mensajes políticamentecorrectos.

Google y Facebook se han cansado de demostrarnos que los seres humanos han dejado de controlar su privacidad y anonimato.

Con la pornopolí­tica se comprueba la existencia de un nuevo Gran Hermano que vigila al anquilosado GranHermano orwelliano. El nuevo vigilante tiene un rostro fresco, juvenil ylúdico. Google y Facebook se han cansado de demostrarnos que los seres humanoshan dejado de controlar su privacidad y anonimato. En Twitter lassuplantaciones de personalidades ocurren todos los dí­as. Shakira, Lady Gaga,Nicolas Sarkozy se multiplican a través de avatares. ¿Dónde está Wally? Lafí­sica, en internet, no existe. Pero a la fiesta de las filtraciones, manipulaciones y suplantaciones, es decir, para llevar a cabo el brindis de la ficción verdadera, faltaba un invitado:Wikileaks, el YouPorn de la política.

YouTube representa a la población que parloteaimágenes: banco de eventos simulados y grabados por anónimos cuyo deseo únicoes la maximización de sus 15 minutos de éxito. YouPorn es laversión concupiscente y vanidosa de YouTube donde la elegancia del amor(erotismo) es torturada por el instinto animal.Wikileaks es la pornopolí­tica. Comunicación polí­tica sin guiones
mediáticos; mensajes sin deshuesar; diálogos dirigidos por la voluntad del pensamiento; supradiplomacia;política sin maquillaje. Las externalidades positivas superan a lasnegativas. A través de Wikileaks, la sociedad mexicana pudo encontrar maticesen los discursos alegres del Gobierno en materia de seguridad; entender que losescenarios sobre la cancelación de las garantí­as
individuales para transferir el control total al ejército, no necesariamentepertene-
cen al mundo de la fantasí­a; comprobar que los actores políticos son, en muchasocasiones, simplemente actores.

Julian Assange, creador de Wikileaks, tambiénrevoluciona el periodismo cibernético. Comprendió que elnodo de información que tení­a en sus manos era demasiado complejopara viajar solo en la aventura. Los cinco nodos elegidos por él: El Paí­s,Le Monde, Der Spiegel, The New York Times y The Guardiancontextualizan y agregan credibilidad a los 240 mil reportes.

Era necesario conocer los actosconcupiscentes de los polí­ticos. Lisbeth Salander, vive.