El verano está aquí. Pero, a diferencia de las ciudades a las que nos acostumbran en las películasy en nuestras fantasías, el de nuestra bella ciudad trae consigo lluvias torrenciales–en vez pic nics en la playa y nado con delfines–. Y, tristemente, no andamos en bermudas y chanclas, sino en hoodies yparaguas.

Eso es el verano en el D.F. Lluvia que implica quejas constantes porel tráfico que causa,que inunda baches y hoyos que, igualmente destruyen nuestros coches. Tormentas que nos dejan encerrados en casa, sin chance de salir ni siquiera por un refresco.

Así que no, no nos cae bien la lluvia.

Pero –más, sin embargo, empero, visavi (¡ouch!)– la verdad es que las lágrimas vertidas por millones de angelitos y nubes tristes no son tan odiosas.Hay dos o tres cosas que nos gustan, por lo que abro esteforo de los pros y contras de la lluvia en el Distrito Federal.

P.D.1. Estén tranquilos, les prometo que en cuanto empiecen aleer esto dejará de llover porque el destino no me deja ser relevante y estaractualizado.

P.D.2. También quiero decir algo serio antes de empezar: señor gobierno del D.F., laslluvias siguen destruyendo comunidades y matando gente, ¿no cree que sería buenoaprender y prever un poco para el próximo año… o para siempre?

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