Se me pone la piel chinita sólo de pensar en éste.  Más por las uñas rascando el pizarrón
que por el sonido como tal.  Aún
así es terrible, tiene el mismo efecto en todos los que lo escuchan:  Cerrada de ojos, subida de hombros y
espasmos involuntarios.  Somos como
tortugas escondiendo la cabeza mientras lo escuchamos.
 

Dato cultural: 
Screech de Salvados por la Campana lleva ese nombre porque su voz
sonaba como uñas arrañando el pizarrón.   Screeeeeeeeeeech.

Lo peor:  La
maestra manchada que usa esa técnica para callar al salón. 

 

Ilustrado por nuestro buen amigo Freddy Krueger: