Antes que otra cosa, aclaremos: este notición no será humorístico (los miles de fans que nos siguen porque los desternillamos de risa, vayan a los otros noticiones, que están para doblarse). OK. Una vez aclarado esto, diremos primero que lamentamos mucho el incidente que sufrió Salvador Cabañas el lunes pasado. En caso de que no te hayas enterado (si no te has enterado, seguramente has pasado toda esta semana metido en una cueva, pero en fin), te actualizamos: el jugador del América y seleccionado paraguayo estaba el lunes a las cinco de la mañana en un antro llamado Bar Bar, echando unos tragos con su mujer y amigos. Subió al baño, y entonces un hombre llamado José Jorge Balderas, alias “Jotajota” Balderas, alias “El Modelo”, lo alcanzó y le disparó en la cabeza (ya hasta andan diciendo que fue al estilo “Francotirador” de Robert DeNiro región 4 jálale, jálale). Lo milagroso fue que el futbolista no murió. Sin embargo, la bala quedó alojada en su cerebro.

Evidentemente, Cabañas está gravísimo en el hospital, y los augurios son turbios: por las características de la herida, es muy probable que no sobreviva y, de lograrlo, es casi seguro que quedará con grave daño cerebral. Hasta las ocho de la noche del miércoles 27 de enero, Cabañas estaba muy grave, su cerebro en malas condiciones. Insistimos: un hecho lamentable, que, desde Chilango, deploramos.

Salvador Cabañas, héroe águila.

Insistimos, este comentario no es humorístico, pero no por ello dejaremos pasar que este caso devela muchas irregularidades dentro de muchos organismos en este país. La primera alcantarilla abierta con este caso: ¿qué hacía el bar Bar abierto a esa hora de la madrugada, ese día de la semana? Se supone que la ley establece que los establecimientos de ese tipo no pueden vender alcohol después de las dos de la mañana, y que no pueden operar después de las dos y media. Aquí la primera peste en todo esto: por si no lo sabías, el bar Bar es algo así como el bar de casa de muchos ricos y famosos de la ciudad, incluyendo futbolistas y, sí, celebridades de Televisa y TV Azteca. Igual que muchos otros bares y antros, es seguro que este bar pagaba una buena lana para que la autoridad se hiciera de la vista gorda. Tache. A los bares y, por supuesto, a las autoridades. No se sabe si esta agresión fue por culpa del alcohol o no; parece que fue un asunto de faldas, pero tampoco hay versiones concluyentes. Lo cierto es que esta es una alerta roja para las autoridades del GDF, que tienen que poner ojo en sus redes de corrupción.Claro: este fin de semana harán operativo masivo en bares y antros. Como dicen: Una vez ahogado el niño… Así que, de entrada, una recomendación: evita irte de briago este fin. Mejor organízala en casa.

Segunda cuestión: nadie ha dicho a qué se dedica el famoso “Modelo”. Se sabe que frecuentaba el bar Bar, se sabe que es el papá de la hija de Silvia Irabién “la Chiva”, y se ha dicho que es un “empresario”, pero nada más. Atemos cabos: el bar Bar era frecuentado por celebridades, y que era tan exclusivo, que sólo se entraba con invitación. ¿Cómo es que nadie sabe dónde está este tipo, si se codeaba con la gente más acá y, en muchos casos, hasta con la gente que da las noticias? Si este güey es tan influyente, ya debe estar tomando el sol en Bali, y probablemente protegido por alguien. De cualquier modo, la gente del antro lo dejó salir así nomás. Doble tache.

Tercero: sí, es muy lamentable que le hayan disparado a Cabañas. Mucho. La presión mediática ha hecho que el sistema judicial se mueva a toda máquina, y qué bueno: ojalá que encuentren al agresor y le den lo que merece. Pero nosotros nos preguntamos: ¿se tiene que ser famoso para que la justicia se aplique? ¿Qué pasa con las muertas de Juárez, con las cabezas que aparecen en Michoacán, con los miles de casos similares al de Cabañas que le ocurren a gente que no sale en la tele? Nosotros acá en la redacción sabemos de varios que han quedado archivados en el MP, sin respuesta. ¿Por qué la justicia sólo funciona si hay nombre, familia o dinero de por medio?

Y ya. Insistimos: el caso de Cabañas es harto lamentable, y se deben tomar acciones, pero no por ello debemos dejar de ver las cosas que se destapan a partir de esto. Los mexicanos a veces somos tan desenfadados, que incluso ya circulan chistes sobre el caso Cabañas, mismos que no reproduciremos aquí por respeto al futbolista y porque en South Park dicen que deben pasar 22.5 años antes de que contar chistes sobre una tragedia sea políticamente correcto. Nosotros estamos de acuerdo.