Fuera de broma, ¿alguien estaba pensando en regalar una vajilla, una taza, vasos o una espátula esta Navidad? Aunque digan que no, sabemos bien que sí.

¿En serio?

Y está bien, a mí me regalaron unos vasos de la Secretaría de Marina que me sirvieron mucho cuando me fui a vivir solo. Aún así, soy una excepción, si regalan una vajilla de Distroller, sepan que sólo será utilizada como frisbee o como arma para su asesinato.