Antes que todo, felicidades: ¡ya eres niño(a) grande! Dejar de vivir con tus papás es una de las decisiones más importantes en la vida y algunos nunca dan el salto. No está mal querer a tus viejos, pero quedarse a vivir FOREVER en su casa tampoco está chido.

Lograr la anhelada independencia no siempre es tan sencillo. El primer gran obstáculo al que nos enfrentamos es la economía. Basta con abrir un periódico en la sección de inmuebles para darnos cuenta de que las rentas andan por el cielo. Analizas tu sueldo y no hay por dónde. Te quedan de dos sopas, a) vender la caricia o b) buscarte un roomie para irse a las michas con los gastos.

Elegir con quién compartir tu espacio puede ser la diferencia decisiva entre probar las mieles de la libertad como debe ser, o de plano querer regresarte a casa de tus papás donde al menos alguien te tendía la cama y había comida lista y calientita. ¿Cómo escoger al roomie ideal? Ahí te van algunos tips que a nosotros nos han funcionado bien.

1) Que sea solvente. No, no nos referimos a ese líquido para preparar mona (toing), sino a que la persona tenga una buena capacidad de pago. La razón principal por la que la gente suele buscar un roomie es por la economía. Asegúrate de que la persona con la que vas a compartir tenga ingresos económicos fijos, para que no te vaya a dejar chiflando en la loma con la renta o los servicios.

Cerciórate que el prospecto tenga una chamba estable y pídele un depósito en garantía equivalente a la primera renta. Si tiene problemas para pagar un depósito, seguramente también se le complicará en algún momento el pago de la renta. No hay nada más tranquilizador que compartir con alguien responsable y que no te va a dejar colgado con los pagos.

2) Que no sea un party monster.Sí, echar desmadre está chido de vez en cuando y armar unas chelas con los cuates en el depa claro que se antoja, pero volver el lugar donde vives en un antro tampoco aplica. Por lo general lo que quieres hacer después de un día de chinga en la chamba es llegar y descansar, y no hay nada peor que encontrarte al roomie con la música a todo lo que da y con el depa lleno de extraños vomitando en el baño.

El consejo aquí es que sea una persona con el mismo nivel de fiesta que tú. Tampoco vas a compartir con un ñoñazo si a ti te gusta armar una party de vez en cuando, ni vas a soportar fiestas entre semana cuando te tienes que despertar temprano para godinear. Lo bueno de salir de antro es que el desmadre, las guacareadas y las botellas rotas se quedan ahí y tú no tienes que limpiarlas. Por el bien de la convivencia, mantén el spring break fuera de casa.

3) Que tenga buenos hábitos de limpieza. Así como hay matrimonios perfectos que acaban en divorcios porque la esposa dejaba pelos en el jabón o porque el marido no bajaba la tapa del excusado, así también la relación con tu roomie se puede volver terrible. Por ñoño que suene, no hay nada como tomar acuerdos sobre la limpieza del depa desde el principio. Así no ocurre nada de que a Chuchita la bolsearon y las responsabilidades quedan bien repartidas.

Si de plano ambos saben que son muy baquetones y ordenar nomás no se les da, contraten a alguien que les ayude a limpiar una o dos veces por semana y se acabó el problema. Vamos a sonar como mamás, pero recuerda que la casa más ordenada no es la que más se limpia, sino la que menos se ensucia.

4) No compartas con un megabrother (o sister). Sí, suena ideal salirse de casa y buscar un lugar para vivir con tu mejor amigo. Este suele ser un error recurrente. ¿Por qué no es aconsejable hacer esto? En primer lugar, por el asunto del dinero. Con los roomies siempre habrá un momento en que el asunto del varo se convierta en problema y no hay nada peor que tener broncas con un amigo por lana.

Por otro lado también está el exceso de confianza. Es muy probable que a tu brother se le haga fácil usar tu ropa, comerse tu comida (que compraste con tanto trabajo con tus vales de despensa) o hasta encontrarlo poniéndole como conejo en tu cama. Tampoco es que tengas que compartir con un perfecto desconocido, aquí el tip es que sea alguien a quien conozcas, con quien la lleves relax y de quien tengas buenas referencias.

5) Se vale stalkear poquito. Vivir con alguien no es cualquier cosa, entre más información tengas sobre la persona podrás tomar mejores decisiones sobre si abrirle las puertas de tu casa o no. Por fortuna las redes sociales facilitan mucho este research. Si ves, por ejemplo, que la persona ha cambiado de residencia o trabajo con frecuencia, es momento de decir gracias, pero no gracias, probablemente te va a dejar sin decir “agua va”.

Si en sus status de Facebook ves que está alegre-depre–encabronado-enfiestado todo el mismo día, está mostrando un carácter muy voluble que tú tendrás que soportar en casa. Puedes checar también sus libros y series favoritas, la música que escucha, las pelis que le gustan. Eso te ayudará a saber si hacen buen match y un buen día, por qué no, hasta se arman un maratón de movies de terror.

Si tienes roomie o has compartido con alguien, se vale aportar con experiencias en los comments. Ayudemos a estos cachorros que han decidido dejar la madriguera y quieren salir a comerse al mundo a escoger correctamente.

*Bonus tip: por amor de Dior, no compartas con alguien que te gusta. No se va a enamorar de ti, esto no es una chick flick y las cosas muy probablemente saldrán mal. Como dirían los de Caló: ¡ponte atento!

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