Si se te cae la sal, tómala y tírala por encima de tu hombro
izquierdo…
No lo entiendo, señor
Zanassi.

Es muy fácil y a la vez no. Lo digo porque hay dos teorías de esto.

La primera, que se origina en el año 3.500 a.C., dice que la sal era símbolo de amistad, por
lo tanto, si tiras la sal, la amistad se rompe, pero contrarrestarás esto echándola encima
de tu hombro, así conservarás a tus amiguis.

La segunda, en la que vuelve a aparecer la religión, dice que es para
echársela en los ojos al Diablo y cegarlo temporalmente para que el espíritu
tenga tiempo de volver a quedar afianzado por la buena suerte.
Todo esto porque el Diablo espera
paciente a que nuestra naturaleza pecadora renuncie al alma para siempre.

Por
lo visto tirar la sal es renunciar a nuestra alma con bombo y platillos.

Tirar la sal es renunciar a nuestra alma con bombo y platillos.

Conclusión: El Diablo es una nenita a la que puedo vencer
con un salero y una playera de los Súper Amigos.