Constructivismo

En muchas escuelas utilizan esta palabra para describir su método pedagógico, pero el constructivismo es mucho más que una pedagogía. Incluso se puede discutir que, en realidad, no es una corriente pedagógica. Es una teoría de la epistemología, una rama de la filosofía que trata sobre el conocimiento humano y que hace las siguientes preguntas: ¿qué es saber?, ¿cómo aprendemos lo que aprendemos?, ¿cómo nos transforma lo que sabemos? El constructivismo responde a estas preguntas con la idea de que las personas construimos nuestro conocimiento a través de nuestras experiencias, o que la experimentación involucrada es la base del conocimiento. El pedagogo suizo Jean Piaget (1896-1980), cuya filosofía rige muchas escuelas en la ciudad, es considerado el padre del constructivismo.

I B International Baccalaureate

Ya no es IBO, sólo IB, desde 2007. Si tu escuela lo tiene, u ofrece alguno de sus tres programas, quiere decir que está inscrita en la Organización International Baccalaureate, con sede en Ginebra, creada en 1968 para cubrir dos objetivos. El primero: formar a niños capaces de crear un mundo pacífico. Las personas que idearon el programa pensaban que sólo con la educación de las futuras generaciones se podrían evitar las guerras. Y el segundo objetivo: que las familias móviles de diplomáticos o de empleados de multinacionales tuvieran una alternativa de educación estandarizada y global. La organización ha evolucionado: hoy ofrece tres programas: el Primary Years Programme, para niños de 3 a 12 años, el Middle Years Programme, para adolescentes de 11 a 16, y el Diploma Progamme, para jóvenes de 16 a 19. Lo mejor: los resultados de los alumnos son reconocidos en cerca de 2,500 universidades de 75 países.

Escuela activa

La mayoría de las primarias usan métodos pedagógicos de la educación activa: el aprendizaje a través de la acción. La escuela activa “tradicional” se concibe como el lugar donde se utilizan herramientas como el diario (un cuaderno donde cada día el niño escribe lo que sucedió en el salón, para llevar el seguimiento de la clase); la asamblea reflexiva, en la que se discuten temas personales, familiares, conflictos morales, las noticias del día, etc.; y la conferencia, en la que un alumno se prepara para dar una conferencia al salón. Como las Waldorf y Montessori, las escuelas activas suelen ser chiquitas, lo que asegura una atención personal. Una variante es la pedagogía Freinetiana (del francés Célestin Freinet), con herramientas que dan prioridad a la libre expresión de los alumnos.

Montessori

Las escuelas que practican los principios de María Montessori (1870-1952) son radicalmente diferentes a todas las demás. Los niños están divididos en sólo tres grupos de edades (de 3 a 6, de 6 a 9 y de 9 a 12), lo que genera una interacción entre niños que de otro modo estarían separados en diferentes grupos de la primaria. Los muebles y los materiales corresponden al tamaño de los chamacos y a su etapa de desarrollo. Los niños son considerados como responsables de su propio trabajo, y los padres deben comprometerse con la escuela en su educación. Aquí el aprendizaje es a través de los sentidos. Contrario a lo que se piensa, los niños no «hacen lo que se les da la gana». De hecho, los niños Montessori son conocidos por ser muy responsables y autocríticos. Si acaso, a veces tienen problemas para adaptarse a otras escuelas, donde encuentran que, en palabras de un egresado Montessori, «los niños hacen demasiado ruido y con demasiado caos».

Sunrise

Es un método exclusivo de los Legionarios, y se aplica sólo en la enseñanza del inglés. La base es el desarrollo por competencias y ambientes: con juegos, actividades y materiales especiales, los niños se aproximan al conocimiento primero a través de la experiencia, antes de aprender el concepto teórico. Este método cuenta con su propio libro de texto (My Sunrise Book, de Scott Foreman) y con actividades como Spelling Bee, un concurso de oratoria en el que los niños aprenden inglés con la propia experiencia.

Waldort

Rudolf Stainer (1861-1925) fundó su primera escuela para hijos de los trabajadores de la fábrica de cigarros Waldorf-Astoria: de ahí el nombre. “Educar es un arte” es el lema: los niños experimentan con disciplinas artísticas (pintan, tejen, escriben, tocan instrumentos, bailan). En la primaria se fomenta la imaginación para promover el gusto por aprender. Las escuelas Waldorf tienen materiales de origen natural; los salones son muy acogedores, con colores cálidos, dibujos y trabajos de los niños decorando el lugar, además de juguetes y disfraces.

Educación diferenciada

Es una forma moderna de decir que los niños y las niñas estudian por separado. Aunque este tipo de educación se asocia con los colegios católicos, en países como Estados Unidos, Australia y Francia hay escuelas laicas y públicas de educación diferenciada que han mostrado muy buenos resultados académicos. El debate está abierto, y este tipo de educación es una tendencia que regresa (www.diferenciada.org). Los argumentos a favor se basan en estudios que indican diferencias entre los cerebros de los niños y las niñas, y distintos ritmos de maduración. Otro argumento de los partidarios de la educación diferenciada es que después de más de cincuenta años de educación mixta, no hemos erradicado la violencia de género. En la escuela mixta, dicen, los niños y las niñas toman los roles estereotipados para cada sexo (las niñas se inclinan hacia las artes y las humanidades, los niños hacia las ciencias y los deportes), mientras que en las escuelas diferenciadas salen más niñas deportistas y científicas. En México todavía no se escucha mucho acerca de este debate, y quienes están a favor de la educación diferenciada pero no son católicos ni económicamente afluentes, no tienen esta opción.