Dicen que todos llevamos un niño dentro (¡ay!); por eso, de vez en vez nos da por evocar nuestros ayeres y entonces sacamos a ese ser infantil que nos habita, pero… ¿cuándo, dónde y cómo se forjó ese escuincle latoso? La respuesta acaso la podamos encontrar en aquellos lejanos días de la primaria.

¿Quién no recuerda esos tiempos cuando las maestras nos enseñaban su cultura y los maestros nos pasaban al pizarrón? De esas épocas, también, ¡cómo no recordar a los compañeros de la escuela!, sí, a los compinches chamacos de la infancia, con quienes crecimos y compartimos un momento especial de nuestras vidas.

Por ello, en esta ocasión realizamos un catálogo de compañeros que solíamos tener en la primaria. Quizá de esta manera nos reencontremos con ese chavito que llevamos en las entrañas o recordemos a algún conocido de atrás tiempo. He aquí la lista:

1. La acusona o delatora

Siempre iba con el chisme de todo con la maestra o la directora, que si fulanito se paró, que si zutanito aventó un papel, que si… ¡siempre lo mismo!

2. El poneapodos

El clásico gañán miniatura que les aplicaba el bullying a todos por igual; por supuesto, su ingenio y creatividad le daban para rebautizar a toda la escuela, incluidos los profes y conserjes.

3. El introvertido

Casi no hablaba, no participaba, no se defendía… Él era la mayor víctima de la manchadez y la maldad del grupo. Tendía al aislamiento y a la depresión.

4. La aplicada

Por lo general también era la más bonita; no pelaba a nadie y era “la consen” del profesor. Sobra decir que no faltaba nunca en el cuadro de horror ni en la escolta.

5. El maloliente

Por alguna extraña razón, siempre había un chavito que olía raro, iba siempre como despeinado y con la ropa sucia, y sí, era el amo y señor de los piojos.

6. La ruda

La típica chavita a la que le gustaba jugar pesado; se llevaba con los niños y les aplicaba el calzón chino, el saca-caca, o de plano, la huracarrana.

7. El comerciante

El enano con visión empresarial que, cuando no estaba la maestra, sacaba una bolsota rellena de chicles, chiclosos, paletas de semáforo, miguelitos en polvo, ollitas de chile…

8. El gordo

Ahora todos los chavitos presumen lonjas sebáceas y papadas garnacheras, y raro es el niño esbelto, pero aquéllos eran otros tiempos: había un solo gordito en el salón, para deleite de las niñas y también de las maestras.

9. El anémico

Así como el gordo, siempre había un chamaco desnutrido, pálido y jiotoso que, a la menor provocación, se desmayaba en plena clase.

10. La enamoradiza

Sin duda, la chavita con más onda de todo alumnado. Te hacía ver tu suerte con todo tipo de insinuaciones: te mandaba cartas, te invitaba a su fiesta de cumpleaños, te daba a llenar chismógrafos, te metía al baño de las niñas… así hasta que caías en sus redes.

En fin, éstos son algunos tipos de compañeros que podíamos encontrar en nuestras épocas de escolapios. Como sabrás, estimadísimo chilango, todos fuimos víctimas de la educación básica y, de algún modo, seguimos siendo unos escuincles de corazón, así que dinos: ¿qué tipo de niño has sido? ¿qué otros tipos de compañeros tuviste?

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