Sin haber publicado un solo libro, ya ganó el premio Aura Estrada, que la llevará a escribir alrededor del mundo durante un año.

[Biografía]
-México DF, 1970 (y tantos).
-Ha sido barman, peluquera de perros, maquillista de funeraria y escritora. Pasó por un sinfín de escuelas, por mala conducta; de la universidad huyó para escribir.
-Nunca ha asistido a talleres literarios.
-Actualmente trabaja en un nuevo proyecto de novela: Señorita Vodka.

«Existen lobos colmilludos que no leen, pero que han vivido.» Susana Iglesias

[Una anécdota]
Una madrugada en una bar espantoso puse «Jesús Cristo» de Roberto Carlos, y con una jarra de agua empecé a bautizar a todos; caían hincados, arrepentidos. Se me ocurrió bromear acerca de que mi padre era un pastor cristiano. Un tipo que pensé que estaba dormido dijo «bendícenos, estoy arrepentido de beber, de agarrarme a chingadazos, de engañar a mi esposa»; después todos se acercaban. No fue gracioso: es una de las fotografías más fuertes que he vivido. Vagos, adictos, la señora que vende dulces, travestis, asesinos, adúlteros, putas, dílers, todos hincados frente a la jarra de agua pidiendo perdón. Los escritores por lo general escriben sobre asuntos ficticios. A mí, sumergirme en las calles me salvó de un mundo enfermo donde da igual matar a patadas a un perro o a un niño.

[La ficción Vs la realidad]

He sabido de escritores que se van de meseros y toman toda clase de extraños oficios en Europa; luego escriben de sus experiencias «marginales». Eso, desde mi punto de vista, es estúpido. A mí, tener un oficio alterno a la escritura me ha servido para no caer en la tentación de vivir de becas. ¿Qué pasa en la cabeza de quienes hablan de hambre e injusticia mientras usan zapatos carísimos? Noticia de último momento: en el mundo siempre existirá un viejo lobo colmilludo que no ha leído un solo libro, pero que ha vivido.

[Ella recomienda]

El 99% de los libros son ficciones de chicos mimados que quieren vivir otras cosas. El mejor libro está en la calle, los hospitales públicos, las terminales de autobús, las casas de empeño. Aún así, hago una recomendación: Los ejércitos, de Evelio Rosero.

[Su libro]

Barracuda, inédito.