El proyecto pretende unir el Sur-Poniente de la Ciudad, construyendo una autopista de cuota (28 pesos el viaje) que "beneficiaría" a “miles” de capitalinos pues aliviará el tremendo tráfico existente en la zona de Santa Fe.

Lo anterior suena relativamente bien pero hay varias cosas por las que la supervía ya no es tan “súper” como nos dicen.

1. Su construcción será sobre áreas naturales protegidas, por lo que la flora y fauna de la zona se pondrían en riesgo.

Pero no sólo eso.

2. Podría afectar el abastecimiento de agua, pues dejaría sin líquido a varias zonas del DF (por cada hectárea construida, los mantos acuíferos dejan de recargar 2.5.

Súmenle a lo anterior que:

3. De construirse aumentaría la emisión de contaminantes a la atmósfera, no sólo por el tránsito y los automóviles, sino porque las áreas verdes capturan 83,600 toneladas de O2 y de ser destruidas dejarían de hacerlo…

Y así le podemos seguir con más datos que nos muestran el no tan verde proyecto del GDF.

En este caso hay vecinos en contra (Frente Amplio contra la Supervía) y a favor (Movimiento Ciudadano a Favor de la Autopista Urbana Poniente). Los primeros tienen un campamento permanente en la zona de La Malinche y argumentan que es un proyecto para beneficiar a unos pocos; los segundos alegan, con encuestas en mano, que la mayoría está a favor de la supervía.

Los políticos no han tardado en intentar meterse en este tema y es así como el PAN, el PRD, AMLO –y no sé por qué pero hasta los del SME– han sido relacionados con alguno de los grupos de vecinos.

Lo anterior ha ocasionado que el tema se politice demasiado y los argumentos giren en torno a eso y no a cuestiones técnicas o a un análisis profundo sobre si la supervía es necesaria o no.

Mientras más se analizan las consecuencias de construir este proyecto parece que resulta menos conveniente para la ciudad. Y los intereses de los políticos salen a relucir pues se acercan las elecciones… Y tener obras y grandes construcciones hacen ganar votos, según piensan algunos.

El carnal Marcelo es incongruente. Por un lado impulsa el uso de bicicletas y crea infraestructura para un mejor transporte público (ciclovía) y por otro llega a la necedad de construir un proyecto que a todas luces no es necesario.

¿Y el dinero, Apá?

Por cierto, ¿alguien recuerda que en el 2007 Marcelo se comprometió a construir 10 líneas del Metrobús, después de haber recibido un cheque de $1,771,563 que obtuvo por haber reducido las emisiones de gases invernadero por sus políticas de transporte público?

Aún nos debe varias líneas y no una vía.

Lo cierto es que la supervía no es la solución a los problemas de la ciudad.

Necesitamos transporte público de calidad para que podamos dejar de utilizar tanto carro o cuando menos gran parte de ellos, y eso requiere exigirle al gobierno que mejore los servicios.

Y que nosotros estemos dispuestos a dejar nuestros autos.

Si logramos lo anterior entonces sí se reduciría el tráfico, ahorraríamos tiempo y tendríamos no una sino varias supervías.