Lo que en realidad pasó…

Fue en 1962 cuando los Beatles consiguieron su primera firma para grabar un disco con EMI, gracias a la manita que les echó quien después sería su descubridor, George Martin. Sólo que los Beatles tenían un problema: su baterista, Pete Best. Pete, hijo de Mona best, la dueña del Casabah Club, el primer lugar donde los Beatles tocaban, era un tipo bastante distinto del resto de la banda. Mientras que el resto del grupo (que por entonces se llamaba todavía “Long John and The Silver Beatles”) se iba de juerga al terminar los ensayos, Pete era bastante antisocial y más bien chocante. Además no estaba acorde al resto del grupo. Se negaba a usar el característico corte de pelo de la banda. En fin: Pete era un pain in the ass. Así que George Martin le propuso a la banda que corrieran a Pete y mejor contrataran a Andy White, un baterista bastante famoso de la época. Sin embargo, John tenía un buen amigo que era un baterista de cierta fama en Livedrpool, que tenía su propio show y todo. Su nombre: Richard Starkey, que por entonces ya empezaba a hacerse llamar Ringo Starr.

Lo que pudo haber pasado…

Geroge Martin pudo haberse montado en su macho e imponer a Andy White. Y entonces todo hubiera cambiado.

¿Cómo hubiera sido todo?

Muchos critican a Ringo y dicen que es un pésimo baterista. La realidad es otra: Ringo tenía, en su época, un estilo único y una capacidad de crear ritmos inigualables que ningún bataco tenía, y a la fecha es una de las mayores influencias del rock en cuanto a batería se refiere. Sin Ringo, los Beatles no hubieran pasado de ser una banda de rock cualquiera, y buena parte de su personalidad no hubiera existido nunca. Lo más probable es que se hubieran disuelto antes, y que buena parte de las composiciones de los Beatles no hubieran existido nunca. Los beatles se hubieran convertido en la banda nido de dos o tres grandes solistas, nada más. Vaya: después de esa época, Andy White se dedicó a tocar con Marlene Dietrich y Tom Jones.