Según algunos estudios que no han sido avalados por ninguna universidad, dentro de algunas generaciones los humanos tendremos un brazo más largo que el otro, consecuencia de la toma masiva de selfies en todo el mundo. También tendremos un pulgar extra que saldrá de la palma de la mano para poder tocar la pantalla con comodidad.

Y es que las selfies son el mal de nuestros tiempos. Podemos ver a gente por todos lados estirando el brazo para guardar la prueba de que estuvo en Reforma, en Acapulco o en el baño de la facultad; el extremo son esos listillos que cargan para todos lados con un bastón en donde se coloca el celular y que sirve como extensión del brazo. La realidad es que esas fotos no le importan a nadie, pero siempre las subimos a nuestras redes sociales esperando que a algún alma caritativa les dé like.

Es cierto que hay algunas que valen la pena (ni modo de no tomarse la selfie en las Cataratas del Niágara) pero hay otras que no deberían tomarse nunca. Aquí tienen un ejemplo de esos pecados terribles.

Lo bueno: tomarte una foto con tu abuelita.
Lo malo: que tu abuelita no quiera salir en tus selfies ¡esas son cosas del diablo!
Lo feo: que aproveches cuando ya estiró la pata y le tomes foto en la cama de hospital
Puntos extra: que tus amigos le den like ¡jaaa!

Lo bueno: tomarte una selfie con tu novio para que todos se den cuenta de su amor.
Lo malo: hacerlo cuando están en el cachondeo y presumirla en Facebook.
Lo feo: tomarla cuando acaban de echar pasión, él esté dormido y etiquetarlo con un mensaje de “pobrecito lo dejé bien cansado”.

Lo bueno: denunciar a los policías que se llevan a un chicharronero a macanazos.
Lo malo: que te tomes una selfie con la golpiza de fondo.
Lo feo: que seas el policía que le está dando de guamazos.
Puntos extra: que tú seas el chicharronero y te salga una selfie igual que la de Ellen de Generes.

Lo bueno: que te tomes una selfie en la marcha por la justicia y la paz.
Lo malo: que ni siquiera estés marchando, pasabas por ahí por casualidad.
Lo feo: que tu comentario sea #MeDuelesMéxico #No+Sangre.

Lo bueno: tomarte la clásica selfie en un espejo.
Lo malo: que ese espejo esté en un baño y salga la taza.
Lo feo: que esa taza esté ocupada por tu hermanito.
Puntos extra: que al hermanito no le importe estar liberando a Willy y hasta salude a la cámara ¡ja!

Lo bueno: que te tomes una foto con la persona más famosa de tu colonia para presumirla en Twitter.
Lo malo: que la persona más famosa sea tu diputado local.
Lo feo: que después lo acusen de corrupción y a ti de cómplice ¡son re mañosos!

Lo bueno: que te tomes una selfie como las de Jennifer Lawrence y se la mandes a tu novio.
Lo malo: que tu novio la ponga de fondo de pantalla en su teléfono y lo muestre a todos sus cuates.
Lo feo: que por alguna razón desconocida esa foto termine en internet y cuando le reclames a tu patán te diga que fueron los hackers.

Lo bueno: tomarte una foto con tu minúscula lencería para presumir el cuerpazo.
Lo malo: que también salga tu bebé en una orilla de la foto.
Lo feo: que tu bebé sea el que se robe la atención de la foto y nadie se de cuenta de que estás casi desnuda.

¿En qué otras situaciones deberían estar prohibidas las selfies?

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