“Es la época más maravillosa del año” dicen los villancicos, “es tiempo de dar y recibir” aunque sabes que (casi) siempre es mejor recibir. Es tiempo de ver a familiares lejanos, de momentos felices frente a un pavo relleno, de intercambios chuscos (¿no odian esa palabra? yo sí) y de tráfico desmedido en zonas comerciales.

Pero siempre esperamos con ansias el mes de diciembre, ya sea “para que se termine por fin el año” –como si enero lo fuera a solucionar todo–, o para gastarte todo tu aguinaldo en una noche de excesos. No importa, siempre se agradece diciembre.

A continuación las razones más fuertes por las que esta es la temporada más hermosa de todas.