Luego de meses de especulaciones y hype (expectativas), por fin se estrenaron los nuevos capítulos de los X-Files, en medio de una ola (o más bien, un tsunami) de nostalgia que ha empapado a toda la cultura pop contemporánea.

Fox decidió pasar los dos primeros capítulos de esta nueva temporada uno tras otro, comenzando en el nada cómodo horario de lunes a las 11 pm (pero prometió repetirlos al día siguiente, más temprano), recordándonos aquellos viejos tiempos en los que teníamos que desvelarnos para poder ver los “temas adultos” de esta serie que se volvió de culto.

(Y debo confesar escalofríos al ver que para esta nueva temporada se conservó el intro original y la misma tonadita de chiflido…)

Mulder abrió el primer capítulo de la nueva temporada sintetizándonos su historia, la de Scully y la de los infames Expedientes X (algo muy útil tanto para los novatos, como para los veteranos que ya habíamos olvidado algunas cosas). Recordamos también a su hermana y su sed de creer (durante un par de momentos del capítulo nos recuerda que él no cree, sino que tiene sed de creer. Son dos cosas diferentes). Luego las cosas parece que se empiezan a centrar en un tema: la conspiración extraterrestre. Sí, como en los viejos tiempos.

Sin embargo, a lo largo del episodio (en el que, la verdad, pasan y se dicen muchas cosas), la atención se desplaza por varios temas, entre la nostalgia, el reencuentro de Mulder y Scully, el destino final de los X-Files, las conspiraciones del gobierno, el regreso de viejos personajes, la presentación de otros nuevos y, por supuesto, mucha, mucha, mucha cultura pop: se habla de Google, de Obama, del 11 de septiembre, internet, Snowden, Uber…

En este capítulo, 14 años después del cierre de los X Files, Tad O’Malley, una influyente personalidad de internet que cree en las conspiraciones, busca a los exagentes del FBI para revelarles algo (o más bien a alguien) que, al final, hace cambiar la opinión de Mulder tan radical como inverosímilmente, lo cual desata el conflicto que seguramente seguiremos durante la temporada: Mulder sigue obsesionado con su sed de creer, pero al mismo tiempo sus opiniones pueden cambiar de la noche a la mañana si le presentan las evidencias adecuadas (o las que él quiere encontrar). Parece que jamás estará satisfecho. Mientras tanto, Scully sigue en su papel de escéptica, pero obviamente no por la ciencia misma, sino por sus ganas de proteger a Mulder. Al final, ambos, como podemos ver en este capítulo y en el siguiente, serán objetos de las conspiraciones y seguirán siendo perseguidos por su pasado.

La relación entre ambos personajes sigue siendo exquisita, con gestos, miradas e insinuaciones que rayan en lo tierno, pero que nos siguen poniendo los pelos de punta a los que los seguimos por tantos años. Su lenguaje corporal sigue diciendo más que las palabras, aunque vaya que se dicen de todo en los primeros capítulos: desde peleas hasta piropos. Su madurez no los ha despojado de su pasión por el otro.

(No te preocupes si no seguiste la serie durante sus temporadas pasadas: en el capítulo 1, un personaje revela pequeños detalles sobre la relación entre ambos protagonistas para ponerte en antecedentes).

Y luego tenemos a Skinner, el tercer personaje principal, quien da pie a la reapertura de los Expedientes X al conectar a Mulder con O’Malley y nos explica que después del 11 de septiembre de 2001, las cosas nunca volvieron a ser iguales ni en el departamento ni con la humanidad. Todo ello enciende mucho más a Mulder, quien parece que con esta confesión obtiene la droga que tanto lo hace feliz, pero que al mismo tiempo es tan peligrosa.

Si bien el primer capítulo está centrado en la conspiración extraterrestre, el segundo se desvía un poco del tema para retomar la tendencia de la serie de ofrecer capítulos seriados alternados con capítulos fuera del argumento principal. Lo malo de estos últimos es que abren cabos que muchas veces quedan sueltos, como ya vimos en las temporadas anteriores.

(Ojalá que al final todos los capítulos se unan de una u otra forma).

En resumen, esta nueva temporada de 6 capítulos sí tiene tintes claros de ser una continuación de los X-Files y en su primer episodio muestra coherencia en todos los aspectos. Sin embargo, no esperes que “la verdad” sea revelada. Seguiremos sufriendo y perdiéndonos en varias líneas argumentales que levantarán más preguntas que respuestas, pero tal es la esencia de esta serie y así la aceptamos. “Si ya saben cómo soy, ¿para qué me invitan?”, diría un filósofo.

La serie tiene muchísima tela de dónde cortar gracias a la vida real y la cultura pop que nos rodea. Tras el final de su novena temporada (2002) muchas cosas han pasado, el mundo no es el mismo pero tampoco el público que la veíamos. El reto para los productores es tener la dosis correcta de nostalgia con nuevas intrigas que nos sorprendan en un mundo donde nada parece sorprender y donde muchas otras series, películas, cómics y videojuegos se pelean por nuestra atención. ¿Lo lograrán?

X-Files
FOX
Lunes, 11 pm

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