No hay duda de que Ubisoft concibió desde un principio a Rogue como un último intento por sacar algo más de lana a los fans de la franquicia que aún no tienen una consola de nueva generación. Y no podemos culparla, porque de eso se trata ésta y cualquier otra industria (de generar dinero); sin embargo, le echaron ganitas para aportar variedad a la clásica historia de Asesinos contra Templarios, y lo lograron.

De ahí que la trama de Rogue sea lo más rescatable de esta entrega, ya que no sólo le da un giro interesante a las preconcepciones que tenemos, sino que pone sobre la mesa cuestionamientos muy interesantes sobre quiénes son en verdad los “buenos” de este cuento y quiénes los “malos”. Así mismo, te lleva por una serie de variadas emociones que empiezan desde que eres entrenado como Asesino y convives muy cercanamente con tus compañeros, hasta que te vuelves en su contra y tienes que cazarlos uno a uno.

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Pero la historia de Shay Patrick Cormac está lejos de ser simplona. Su personalidad es lo suficientemente intrigante como para mantenerte jugando y las cosas que descubres a lo largo de la trama te mantendrán al pendiente de inicio a fin mientras te involucras en la parte norteamericana de la Guerra de los Siete Años y llenas algunos cabos sueltos de Assassin’s Creed III, Black Flag y Unity.

Aunque todos estos elementos convierten a Rogue en uno de los Assassin’s Creed más interesantes de la historia, fuera de ellos las cosas son demasiado familiares, sobre todo si eres un veterano de esta saga: las mecánicas de juego prácticamente no tienen ninguna novedad respecto a ACIII o Black Flag. De este último retoman, prácticamente con un copy-paste, las misiones navales que, aunque siguen siendo entretenidas, se ven un poco reducidas debido a las locaciones donde se llevan a cabo esta vez, que contrastan demasiado con las vívidas aguas del Caribe.

Así mismo, aunque el mapa de Rogue es enorme, no está a la altura de su potencial. Al final, tanto él como otros elementos de personalización del juego se sienten inútiles, pues tu barco y tu personaje no requieren mucho esfuerzo para ser lo suficientemente poderosos como para llegar al final, cosa que pasa muy seguido con todos los Assassin’s Creed y que te desanima a explorar más allá de las rutas que debes cubrir para terminarlo.

Las mecánicas de combate también son las mismas de juegos anteriores, con sus fallos y sus aciertos, mientras que los gráficos cumplen, aunque conservan los problemas y bugs de entregas anteriores.

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En resumen: Assassin’s Creed Rogue es un título demasiado familiar que no sorprenderá a los fans de la franquicia, pero sí les ofrecerá una perspectiva interesante del conflicto principal de la saga y unirá algunos cabos sueltos entre sus entregas. Shay Patrick Cormac es un personaje interesante del que vale la pena seguir su historia, aunque muchas de sus acciones no tengan el peso que aparentan al inicio, pero las misiones son variadas. Sobre la trama en la época actual, ni quiera vale la pena hablar pues es bastante banal (una vez más).

CALIFICACIÓN: 3 de 5

+ Trama interesante, fresca, esclarecedora e importante para la saga en general.
+ Personaje principal lleno de contrastes y humano.
+ Misiones variadas

– Problemas de control
– Potencial poco aprovechado
– Demasiado familiar respecto a juegos anteriores

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Assassin’s Creed Rogue
Desarrolla: Ubisoft Sofia
Publica: Ubisoft
Consolas: PS3, PC, 360
Clasificación: M para audiencias maduras
Salida: 11 de noviembre 2014