Eres
el presidente del PAN y todos saben que te puso ahí tu padrino el
presidente Felipe Calderón. La mitad de tu partido, obviamente, no te
quiere. Para poderle ganar al PRI te alías en varios estados con tu
peor enemigo, el PRD, quienes por cierto no reconocen a tu jefe como
Presidente de México. ¡Ah! Y eres idéntico a Waylon Smithers. ¿Qué te
puede salir peor?

Qué
te parece que te humillen en la Cámara de Diputados y que todos los
medios lo publiquen. Y que todos te griten, en pleno salón de sesiones
"quiere llorar, quiere llorar". Esa sería tu vida si fueras César Nava,
presidente del PAN.

El
martes pasado, con 215 votos en contra, principalmente del PRI y PRD,
la Cámara de Diputados rechazó la solicitud de licencia -o sea dejar de
ser diputado por un ratito- que pidió Nava.

La
licencia la había pedido parea "poder dedicarse de tiempo completo al
proceso electoral de este año". Hoy, seguramente, Nava insistirá en
pedir la licencia. Él dice que se la negaron como "venganza" por las
alianzas que hizo con el PRD. Nosotros nos quedamos con el "quiere
llorar, quiere llorar".

Igualitos, ¿qué no?