1 de julio 2010
Profecías auto-cumplidas
Por: Colaborador
No sé si alguna vez han escuchado el término, pero lo importante no es cómo se llama, sino el efecto que tiene en nosotros. Son los cuentos que nos contamos y que hacemos hasta lo imposible –aunque no nos demos cuenta- para que todo salga según nuestro cuento y tengamos el final que SIEMPRE tenemos.
A ver, trataré de explicarme más… este ejemplo es real, ahí les va. Un hombre llega a consulta y me platica que tiene dificultades con su erección cuando está con una mujer, pero cuando se masturba no le ocurre lo mismo. Esto se llama ansiedad al desempeño y es el más vivo ejemplo de una profecía auto-cumplida y va más o menos así:
Por alguna razón x, UNA vez tuvo dificultad con su erección, se asustó y sintió que tenía problemas de erección. La siguiente vez, ya empieza con la idea de que todo va a salir mal y su erección no va a ser la de siempre; como está nervioso, ansioso y tiene miedo de que esto ocurra… ¡le ocurre! Con esto se dice a sí mismo: “¿Ves? ¡No se te para, ya no se te va a parar nunca!”.
Claro está, la siguiente vez, el miedo es más grande, está más ansioso y nervioso porque está seguro que su desempeño no es bueno; está convencido que no logrará una erección “normal”… ¿Qué creen que pasa? ¡Exacto! Se cumple justo lo que él cree que tiene y la realidad es que está perfecto, su cuerpo funciona maravillosamente bien; lo que le ocurrió fue un evento aislado que le puede ocurrir a cualquiera y que no determina el funcionamiento de su cuerpo.
Esto nos pasa en muchos ámbitos de nuestra vida, con la chamba, con la pareja, con el dinero, con la familia… por ejemplo, hay profecías que son familiares, como: “todos en mi familia se mueren a los 51 años” ó “en mi familia, todas las mujeres se quedan solas…las abandonan.” Lo interesante de todo esto, es darnos cuenta de todo lo que hacemos –inconscientemente- para que esto se cumpla. Escogemos, en el caso de la pareja, la persona indicada para esto… siempre tenemos la pareja perfecta para nosotros.
Ustedes ¿qué se han contado de ustedes mismos? ¿De su familia? Echen un vistazo rapidito y verán cómo encuentran más de una profecía, más de un cuento… ¿cuál es el de ustedes?
Y, como diríamos en sensibilización… “no lo modifiques –si no quieres- sólo date cuenta”.
A ver, trataré de explicarme más… este ejemplo es real, ahí les va. Un hombre llega a consulta y me platica que tiene dificultades con su erección cuando está con una mujer, pero cuando se masturba no le ocurre lo mismo. Esto se llama ansiedad al desempeño y es el más vivo ejemplo de una profecía auto-cumplida y va más o menos así:
Por alguna razón x, UNA vez tuvo dificultad con su erección, se asustó y sintió que tenía problemas de erección. La siguiente vez, ya empieza con la idea de que todo va a salir mal y su erección no va a ser la de siempre; como está nervioso, ansioso y tiene miedo de que esto ocurra… ¡le ocurre! Con esto se dice a sí mismo: “¿Ves? ¡No se te para, ya no se te va a parar nunca!”.
Claro está, la siguiente vez, el miedo es más grande, está más ansioso y nervioso porque está seguro que su desempeño no es bueno; está convencido que no logrará una erección “normal”… ¿Qué creen que pasa? ¡Exacto! Se cumple justo lo que él cree que tiene y la realidad es que está perfecto, su cuerpo funciona maravillosamente bien; lo que le ocurrió fue un evento aislado que le puede ocurrir a cualquiera y que no determina el funcionamiento de su cuerpo.
Esto nos pasa en muchos ámbitos de nuestra vida, con la chamba, con la pareja, con el dinero, con la familia… por ejemplo, hay profecías que son familiares, como: “todos en mi familia se mueren a los 51 años” ó “en mi familia, todas las mujeres se quedan solas…las abandonan.” Lo interesante de todo esto, es darnos cuenta de todo lo que hacemos –inconscientemente- para que esto se cumpla. Escogemos, en el caso de la pareja, la persona indicada para esto… siempre tenemos la pareja perfecta para nosotros.
Ustedes ¿qué se han contado de ustedes mismos? ¿De su familia? Echen un vistazo rapidito y verán cómo encuentran más de una profecía, más de un cuento… ¿cuál es el de ustedes?
Y, como diríamos en sensibilización… “no lo modifiques –si no quieres- sólo date cuenta”.