Los que crecimos en los noventa fantaseábamos con que una nana acinturadita y de peinado voluminoso llegaba a endulzarnos la vida. Su éxito fue una combinación de aciertos dificiles de superar por alguna serie humorística actual. Aquí te dejamos algunos motivos por los cuales La Niñera (The Nanny) fue un hitazo y se quedó para siempre en la memoria de toda una generación.

Una cenicienta renovada

La serie no inventó el hilo negro en ese sentido, ya desde los cuentos de hadas podíamos encontrar la historia de la plebeya que conquista al apuesto príncipe para luego vivir felices para siempre. Pero esta nueva Cenicienta era poco usual: en lugar de atraer a los animalitos con sus hermosos cantos, poseía una voz nasal y una risa muy “singular”, por no decir horrible. Cargada con su maletín de cosméticos llegó como nana provisional a la vida de los Sheffield y se convirtió en la señorona de la casa.

La eterna rivalidad Niles vs C.C.

Una de las cosas que más risas provocaba en el show erael humor ácido y despiadado de Niles, el cual vertía contra su archirrival C.C. Babcock.Este par se decía de todo, ella le recordaba su condición de sirviente mientras él constantemente le recordaba que era una quedada y de escaso candor femenino, llegando a insinuar que era hombre. En un giro de tuerca que algunos ya veíamos venir,Niles acepta estar enamorado de Chastity Claire (eso significaban las siglas)y aunque ella lo hace sufrir, finalmente da su brazo a torcer y se casan en el capítulo final.

Cuerponalidad

La Señorita Fine podría ser impertinente, impulsiva, entrometida, pero todo ello lo compensaba con su figura envidiable. Además corrió con la suerte de no ser odiada por la audiencia femenina, que lejos de verla como una rival la apreciaba más bien como unrole model. Ya fuera por su cuerpazo o por su hilarante sentido del humor, no podíamos entender cómo una mujer así de encantadora pudiera estar soltera.

Outfits de DO BABES

¿Qué mujer noventera no envidiaba el clóset de Fran Fine? Algunos nos preguntábamos cómo diablos le hacía para estrenar un vestuario diferente cada episodio, hasta que finalmente se descubre que es porque su primo Toddy es en realidad el diseñador Todd Oldham, quien le consigue vestidos increíbles de segunda mano. Ya se nos hacía sospechoso que pudiera pagarse ropa así con salario de nana.

Aprendimos de costumbres judías

Para aquellos que en nuestra rozagante juventud poco o nada sabíamos de la religión judía The Nanny fue una manera un tanto fresca de empaparnos de sus costumbres. Gracias a ella supimos qué era el Hanukkah y un Bar Mitzvah, además de retratar un judaísmo alegre y festivo, la otra cara de la moneda de los filmes de Hollywood sobre el holocausto.

Nos enseñó a comprar

Fran nos enseñó una máxima que muchos deberíamos aplicar a nuestras vidas en lugar de dejarnos llevar por supuestas ofertas que más bien huelen a estafas: “si no está a la mitad, no está rebajado”. Además siempre podemos valernos de un niño, como ella hacía con la pequeña Grace para repartirse el trabajo de apirañarse en las baratas.

Esperanza para las solteronas

Diría Shakira en su rola “Pies descalzos” que las mujeres se casan mucho antes de treinta, si no vestirán santos aunque así no lo quieran. La excepción fue la Señorita Fine, que aunque ya olía a quedada, no dejó de esperanzar(nos) cuando al fin pudo atrapar al galán. Ahora ya sólo queda Jennifer Aniston, pero ya verán que sí se puede.

Por su parentela

Aceptémoslo, aunque el show era buenísimo no hubiese sido lo mismo sin las puntadas increíbles de la senil abuela Yetta o de la comedora compulsiva de Sylvia Fine. Y ni qué decir del toque de misterio y humor que aportaba su papá, Morty, de quien en las temporadas iniciales sólo veíamos el tupé y cuya identidad sólo conocimos cuando la serie se acercaba a su final.

Tips de belleza

Aprendimos gracias a ella que un peinado nunca es suficientemente voluminoso y que las bandas elásticas en las cabeza además de enmarcar el peinado, son un excelente recurso para estirarse la cara. Además cualquier superficie reflejante puede hacer de espejo para revisar que el labial no haya dejado una mancha en los dientes.

Supieron cuándo matar el show

Fran Drescher empezó sólo como actriz pero pronto se infiltró en el equipo creativo hasta quedarse con el puesto de productora ejecutiva de la serie, pues se dio cuenta del potencial que el personaje tenía para impulsar su carrera. Cuando los ejecutivos vieron que el encanto comenzaba a desvanecerse después de la boda, decidió que era momento de acabar el chiste en lugar de estirarlo en una penosa agonía. Algo que tal vez Los Simpson deberían aprender, cof, cof.

¿Qué onda, les pegó en la nostalgia, chilangos? Compartan la nota con sus amigos que, como algunos de nosotros, aún extrañamos a esta nana y sus ocurrencias.

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